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MÉXICO, D.F.- Existen múltiples y variados intentos por separar al color de la cultura, de restarle valor, de disminuir su trascendencia y de negar su complejidad, afirmó el artista y crítico inglés David Batchelor.
Durante la conferencia “Mexicanidad, exotismo y la problemática del color’’ desarrollada la víspera en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, explicó que en este aspecto existen dos puntos importantes: “En la primera de ellas se sugiere que el color es patrimonio de un ente extraño, habitualmente lo femenino, lo primitivo, lo infantil, lo vulgar o lo patológico. En la segunda, el color queda relegado a la esfera de lo superficial, de lo accesorio, de lo superfluo o de lo cosmético’’.
Señaló que en el primer caso, el color es considerado como algo ajeno y, por lo tanto, peligroso; en el segundo se percibe meramente como una “cualidad experiencial de orden secundario y, en consecuencia, no merece la más mínima consideración’’.
El también profesor de teoría crítica en The Royal College of Art, de Londres, Inglaterra, mencionó que el color en la producción artística actual de México y el extranjero ha sido un tema de gran importancia para los creadores.
Indicó que que el significado cultural del “color’’ en México, que tiene un carácter exótico, se ha derivado del “concepto que se tiene de este país en Europa y Norteamérica’’.
Comentó que varios artistas y críticos contemporáneos han abordado el uso del color en contraposición a la idea exótica que se tiene de éste, y exploran representaciones tradicionales y alternas al contexto mexicano.
Por su parte, el creador Tobías Ostrander manifestó que el color en la historia del arte es uno de los códigos más sofisticados y antiguos, y actualmente en la pintura y en la arquitectura es el ingrediente más conceptual que utilizan los más grandes artistas contemporáneos.
Para el curador del Museo Tamayo Arte Contemporáneo, el uso del color intenso tiene una larga historia en México y se puede apreciar, por ejemplo, en los trabajos artísticos indígenas o bien en la arquitectura moderna de Luis Barragán.
“De manera significativa para el Museo, su fundador Rufino Tamayo fue particularmente identificado por su empleo del color y por su sensibilidad, considerada como mexicana’’.