05 septiembre 2003
México, (EFE).- La luna de miel entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y el Gobierno se desvanece por la decisión de la Cámara de Diputados de buscar el desafuero contra un senador de esa agrupación.
Analistas políticos consultados hoy coincidieron en que esta decisión pone en riesgo la posibilidad de aprobar las reformas estructurales pendientes en el Congreso durante el actual período de sesiones, que empezó el lunes y concluye a finales de año.
El presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Juan de Dios Castro, anunció el jueves su determinación de citar para el 17 de septiembre al pleno de la cámara baja, para que, en votación secreta, se decida si procede el desafuero del senador Ricardo Aldana, del PRI.
Castro es legislador del oficialista Partido Acción Nacional (PAN) y antes de asumir su escaño fue asesor jurídico del presidente de México, Vicente Fox, quien en 2000 acabó con siete décadas de hegemonía del PRI.
La Fiscalía pidió el año pasado el desafuero de Aldana, tesorero del sindicato de Petróleos Mexicanos (Pemex), para poder procesarlo por su presunta relación con el millonario desvío de recursos desde esta empresa pública hacia el PRI en la campaña presidencial de 2000, bautizado como "Pemexgate".
La secretaria general del PRI y coordinadora de los diputados de su agrupación, Elba Esther Gordillo, reaccionó enérgicamente a la decisión de Castro y advirtió que ésta pone en riesgo los acuerdos en el Congreso, que en los últimos días se habían visto como una posibilidad factible.
Según los expertos, la amenaza es real y puede llevar al traste la "luna de miel" de las últimas semanas entre el Gobierno de Fox y la cúpula del PRI, que se han reunido en varias ocasiones y han expresado públicamente su voluntad por alcanzar pactos sobre reformas estructurales como la fiscal o la eléctrica.
"Hasta donde yo entiendo, ya se había llegado a algún acuerdo sobre la reforma eléctrica y, de improviso, Castro propone el desafuero de Aldana sin que lo supiera el Gobierno", dijo el analista y columnista José Antonio Crespo.
"Esto enrarece el clima político y los priístas más duros reaccionan y dicen que el ambiente no es propicio para hacer reformas, lo que obliga a Elba Esther a ceder ante este sector", añadió.
A juicio de Crespo, Gordillo, quien tiene buenas relaciones con el Gobierno y está dispuesta a hacer algunas concesiones con tal de llegar a pactos, ha quedado entre la espada y la pared con la decisión de Castro, vinculado con el sector panista que apoya a Diego Fernández de Cevallos, muy crítico con Fox.
"Si prospera el desafuero -apuntó-, el PRI cumplirá su amenaza y, por lo menos ahora, que es el momento más propicio, porque el Congreso acaba de inaugurarse, Fox ha puesto de su parte y Gordillo tiene buena disposición, no se aprobará nada importante".
Según el analista Raymundo Riva Palacio, la decisión de Castro obligó a Gordillo a ceder ante el "sector duro" del PRI y sus propios enemigos dentro del partido, pues no puede darle la espalda a la agrupación en un asunto como éste.
Riva Palacio comentó que Gordillo ya había alcanzado un acuerdo con el Gobierno para dejar aparcado el tema del "Pemexgate" hasta que se aprobaran las reformas, por lo que ahora se siente "traicionada".
"Se estaban estableciendo puentes para tener reformas y, súbitamente, les hacen una jugarreta al PRI y Gordillo tiene que reaccionar de manera beligerante, porque a ella es a la que están crucificando, ya que se había comprometido a las reformas a cambio de darle algunas garantías al PRI", indicó.
Riva Palacio coincidió con Crespo en que el Gobierno no orquestó esta maniobra y advirtió que el Ejecutivo "será el más afectado", porque peligra el proceso de reformas, en el que los sectores financieros han puesto sus esperanzas, y se fortalece el ala más radical del PRI.