AP
EVIAN, Francia.- El Grupo de los Ocho se comprometió ayer a reconstruir Iraq y combatir la amenaza de las armas nucleares en Irán y Corea del Norte, cerrando su reunión cumbre anual con un mensaje de unidad que disimuló las profundas diferencias entre Estados Unidos y sus aliados.
Las naciones del Grupo de los Ocho -las siete naciones más acaudaladas y Rusia- trataron de aprovechar su encuentro económico anual para zanjar las amargas divisiones por la invasión a Iraq encabezada por Estados Unidos.
Su declaración de cuatro páginas no incluye menciones de las discordias, y en las conferencias de prensa finales los mandatarios insistieron en que dieron vuelta la página en torno a la disputa sobre Iraq.
Sin embargo, indicaron que no están dispuestos a apoyar a Estados Unidos si el gobierno de George W. Bush se decide a atacar Irán.
La declaración dijo que los líderes del G-8 “comparten la convicción de que ha llegado la hora de construir la paz y reconstruir Iraq”.
Los líderes advirtieron a Irán y Corea del Norte que no permitirán pasivamente que adquieran armas nucleares y esgrimieron advertencias incluidas en otro plan para combatir la proliferación nuclear.
Un alto funcionario estadounidense que habló con la condición del anonimato dijo que Estados Unidos interpreta la declaración del G-8 como una autorización implícita al uso de la fuerza contra los países que violen las normas internacionales de no proliferación.
Pero el presidente francés Jacques Chirac dijo que “esta interpretación parece ser extraordinariamente audaz”.
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó que seguirá su cooperación nuclear con Irán e insistió que todos los programas iraníes de ese tipo deben estar bajo control de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
Al término de la cumbre, el mandatario agregó que “Irán es nuestro vecino y hemos cooperado y cooperaremos con él”. En rueda de prensa, el jefe de Estado ruso precisó que Moscú está en contra de crear cualquier problema, en particular para el mercado iraní, por lo que insistió en que Teherán debe poner sus programas nucleares bajo control de la AIEA.
Putin aclaró que la continuación de este tipo de colaboración dependerá de la buena voluntad de la nación islámica para permitir la intervención de la agencia internacional, pues el problema de la no proliferación requiere la cooperación de todos los países, añadió.
Los líderes del G-8 desean que Irán firme un protocolo que permita las inspecciones de todos las supuestas instalaciones nucleares en cualquier momento, dijo el funcionario ruso, que habló con la condición de no ser identificado.