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México, DF.- Tras asegurar que corporaciones internacionales pretenden acaparar las cuencas hidrológicas y encarecer el agua en el mundo, la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú Tum, pidió hoy “plena conciencia y respeto a las normas para preservar este recurso, que significa la vida”.
Durante la Segunda Reunión Nacional de Consejos de Cuenca, la pacifista guatemalteca dijo que el agua forma parte ya de la desigualdad que se vive en el planeta, lo cual se comprueba cuando las comunidades indígenas conocen el hambre porque al faltarles ese recurso, les falta también la comida.
Destacó que la lucha por el agua es universal y en ese contexto más de 800 millones de seres humanos padecen hambre, precisamente porque la presencia o ausencia del recurso determina su producción y acceso a alimentos.
El agua, agregó, es factor fundamental para el desarrollo, pero también espacio en el cual la visión de los pueblos indios la conciben como “elemento determinante para la preservación de los animales y, por consiguiente, también de los humanos que dependen de ellos para vivir”.
Manifestó, asimismo, Rigoberta Menchú que en América Latina carecen de agua potable 125 millones de personas, de las cuales 13 millones se encuentran en México.
En ese sentido, expuso que mientras en Etiopía hay un litro de agua per cápita, en Kenia se cuenta con cuatro litros, en Europa se dispone de 150 y en Nueva York hasta de 650 litros al día.
Menchú dijo también que la lucha por la preservación del vital recurso no se debe dar sólo en el ámbito económico, sino constituirse como un esfuerzo integral que involucre a toda la población y contemple las expectativas desde un punto de vista humano.
A su vez, el presidente de la Confederación Nacional Agropecuaria, Armando Paredes Arroyo, consideró un “gran desafío”, no sólo a nivel nacional, sino mundial, preservar el agua, cuya disminución ha impactado incluso los esquemas de producción en el campo.
Según el dirigente, “muchos políticos han desatendido la importancia de factores como el cambio climático, la degradación de la biodiversidad y la deforestación, por lo cual soslayan el verdadero alcance de la problemática”, y se pronunció porque las autoridades asuman su compromiso.
Pidió revalorar las posturas de aprovechamiento sustentable y superar “los conflictos por el agua”, pues se debe aprender a administrar y monitorear al vital líquido.
“Con nuevas políticas debemos recobrar el valor del agua en el ámbito agrícola y crear mecanismos para generar recursos que puedan ser empleados en el fortalecimiento para el manejo de este elemento”, anotó Paredes Arroyo.