Roma, Italia, (Notimex).- Una enfermera que para "redondear" su sueldo se prostituía en un burdel de lujo en la ciudad de Verona, tenía entre sus clientes a un sacerdote, quien le pagaba hasta 500 euros para que se disfrazara de monja durante la relación sexual.
La policía local confirmó que la historia se descubrió luego de la irrupción de las fuerzas del órden en un elegante departamento veronés y el arresto de la propietaria del burdel, quien se hacía llamar "Regina" (reina).
Los agentes actuaron con base en una orden del juez contra la explotación de la prostitución, un delito castigado con la cárcel en Italia.
En el burdel encontraron cadenas, máscaras, látigos, bozales y también un hábito de monja.
Interrogada, la dueña del local a "luces rojas" confirmó que el hábito era el vestido de trabajo de una de sus pupilas, una enfermera de la vecina ciudad de Trento, quien tenía entre sus clientes a un sacerdote.
La enfermera confirmó la versión y dijo que el sacerdote le pagaba hasta 500 euros, unos 500 dólares, para que se disfrazara de religiosa y lo golpeara durante sus encuentros sexuales.
Los hechos se verificaban en el apartamento del centro veronés, en el que también se prostituían por diversión elegantes señoras de la burguesía local.