LONDRES, INGLATERRA.- Decenas de miles de manifestantes antibélicos -vigilados por miles de policías- marcharon ayer por el centro de la ciudad para decirle al presidente estadounidense George W. Bush que no es bienvenido en Gran Bretaña.
En general las protestas se realizaron en orden, pero después del anochecer la policía tuvo problemas para contener a unos cientos de personas que se separaron de la manifestación que concluía en la Plaza de Trafalgar y avanzaron con rapidez por las calles aledañas, interrumpiendo el tránsito y saltando en los techos de los automóviles.
Los policías unieron sus brazos para rodear un grupo de unos 30 manifestantes que bailaban al ritmo de la música en Hyde Park Corner, informó un portavoz de Scotland Yard.
Los agentes restringieron a los manifestantes a una rotonda alrededor de una hora hasta que accedieron a dispersarse en forma pacífica, dijo, mientras que varios activistas detenidos cuando la policía los rodeó fueron puestos en libertad sin cargos.
Mientras George W. Bush y el primer ministro Tony Blair se comprometieron a ?no recular ni retroceder ni conceder ni una pulgada? al terrorismo después de los atentados mortales contra objetivos británicos en Turquía, los manifestantes afirmaron que la cercana relación entre ambos líderes les causa un profundo desasosiego.
La marcha se llevó casi dos horas en partir totalmente de la Universidad de Londres y pasó por el Parlamento y por la oficina de Blair en Downing Street. La Coalición Stop de War (Paren la Guerra), que organizó la marcha, dijo que participaron 200.000 personas; el cálculo de la policía fue de 70,000.