Reuters
ROMA, ITALIA.- Cientos de miles de italianos marcharon ayer en Roma contra los planes de reforma al sistema de pensiones planeado por el Gobierno de centro derecha del primer ministro Silvio Berlusconi.
Los organizadores dijeron que más de un millón de italianos salieron a las calles, pero la policía dijo que asistieron entre 200 mil y 250 mil personas.
Los tres principales sindicatos del país encabezaron marchas que convergieron en la plaza San Giovanni, una de las más grandes de Roma, para escuchar los discursos de sus líderes. Las marchas y la concentración duraron cuatro horas.
Los manifestantes, a quienes se unieron partidos opositores de centro izquierda, hicieron sonar silbatos, cantaron canciones obreras, y portaron pancartas en las que se podía leer “Defendamos el Futuro”.
“Esto es una gran estafa. Creo que es sólo el primer paso para que el gobierno nos quite nuestras pensiones cuando seamos más viejos, y en favor de las pensiones privadas”, dijo uno de los manifestantes, que llegó en uno de los tres mil autobuses usados por los organizadores.
La reforma del Gobierno impediría que los trabajadores se retiren antes de llegar a 40 años de contribuciones o de que los hombres cumplan 65 años y 60 las mujeres. Actualmente los italianos pueden retirarse a los 57 años si han contribuido al sistema durante 35 años.
El viceprimer ministro Gianfranco Fini dijo que la manifestación de ayer no hará que el Gobierno cambie de opinión sobre la necesidad de una reforma a las pensiones.
“Estamos listos para conversar sobre los sindicatos pero no habrá vuelta atrás”, dijo.
Al igual que Francia y Alemania, Italia está tratando de reformar su sistema de pensiones, que representa alrededor del 15 por ciento de su Producto Interno Bruto, uno de los niveles más altos en Europa.
Esa proporción debe aumentar debido a las bajas tasas de natalidad y mayores expectativas de vida de la población, pero los sindicatos alegan que una reforma realiza en 1995 es suficiente para impedir cualquier crisis.
“El (Berlusconi) debería escuchar al pueblo”, dijo a la televisión Guglielmo Epifani, líder del CGIL, que con 5.5 millones de miembros es el mayor sindicato de Italia.
“Hay una gran mayoría en el mundo trabajador, en la nación en general, que pide cambios pero no políticas (...) que sólo ayudan a unos pocos y ponen en desventaja a jóvenes, trabajadores, clase media y ancianos”, agregó.
Los sindicatos italianos protagonizaron una huelga de cuatro horas en octubre para protestar contra las reformas y han advertido de más ataques si el Gobierno no cambia su plan.
La manifestación de ayer también fue contra el presupuesto del 2004 del Gobierno, que debe ser aprobada para fines de este año.
Políticos opositores y líderes sindicales consideran que el presupuesto afectará a los más necesitados.
“Mi mensaje a Berlusconi es que debe irse porque no es capaz de gobernar. El no sabe cómo hacer las cosas correctas para el pueblo italiano”, dijo un anciano en la multitud.