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MÉXICO, D.F.- Un caos provocó en el aeropuerto capitalino la llegada del técnico holandés Leo Beenhakker, quien reconocido por aficionados del América, Guadalajara y Pumas fue recibido ayer por la tarde entre gritos de apoyo y de reprobación.
El estratega holandés, quien llega para hacerse cargo del equipo América por segunda vez en su carrera, se desligó ya del Ajax de su país para dedicarse por completo a su trabajo con el conjunto mexicano.
Después de más de 12 horas de viaje, el timonel multicampeón con el Real Madrid de la década de los 80s, llegó en el vuelo de KLN alrededor de las 18:45 horas y a la salida de la sala internacional del Aeropuerto Internacional Benito Juárez lo esperaban ya decenas de reporteros, fotógrafos y camarógrafos.
Apenas apareció tras la puerta de la aduana, las cámaras lo captaron mientras un grupo de la Policía Federal Preventiva (PFP) empezaban a hacer un círculo en torno a él para conducirlo a un área donde los reporteros esperaban para hablar con él.
Todo iba en orden hasta que una señorita de la PFP empezó a impedir que las cámaras captaran al entrenador, como si quisiera tapar la cara de un delincuente.
Empezaron entonces empujones, gritos, algunos manotazos que provocaron que Beenkakker retrocediera algunos pasos y mostrara cara de enojo.
Se intentó reorganizar una rueda de prensa junto a un restaurante ubicado en la salida de la llegada internacional de la terminal aérea y, después de un par de minutos, todavía escoltado por los efectivos de la PFP, el timonel del América decidió acceder a las preguntas que le formulaban los medios de comunicación.
Pero no tardó más de dos minutos en refugiarse en el restaurante y decirle al jefe de prensa del equipo americanista, Francisco Reyes, que no daría más declaraciones.
Y es que cuando los micrófonos y las grabadoras se acercaron a buscar las palabras del holandés, otra vez elementos de la Policía Federal volvieron a estorbar la labor de los medios informativos, al impedir que se acercaran todos cuando ya estaba decidido a hablar.
Cuando le preguntaban qué opinaba sobre que en el primer partido del campeonato Apertura 2003 enfrentará a Pumas de la UNAM, conjunto que comanda Hugo Sánchez a quien dirigió en Real Madrid, Beenhakker dijo que desconoce cuál es el calendario de juegos de Águilas, y que espera tener al equipo a punto para el arranque del torneo.
Mientras, al fondo se escuchaban gritos de "Chivas, Chivas", y "Pumas, Pumas, Hugo, Hugo" a manera de presión en contra debido a la rivalidad que tiene con estos dos equipos, los reporteros buscaban captar algo de sus palabras, en tanto los empujones seguían.
El timonel dijo que "ahora hay que conocer a los jugadores, y en las próximas dos semanas todo va a ser futbol, futbol, para conocerlos y formar al equipo".
Mencionó que a diario se mantuvo en contacto con la directiva para conocer a los nuevos refuerzos, y que buscará charlar con los integrantes del cuerpo técnico, José Manuel de la Torre, Guillermo Naranjo y el preparador físico Carlos García para saber cuál es el estado que guardan los jugadores, que ya llevan 15 días de trabajo.
Tiempo después, las entrevistas fueron detenidas y Beenhakker fue nuevamente trasladado al interior del restaurante, donde se sentó junto con el vicepresidente Héctor González Iñárritu, quien vino a darle la bienvenida, así como su asistente Win Rijsbergen.
Instantes más tarde, Francisco Reyes explicó a los medios que el desorden generado motivó la cancelación de las entrevistas con el holandés, y anunció para hoy una conferencia con el timonel en las instalaciones del club para las 11:00 horas.
Ya en el estacionamiento del aeropuerto y sin los empujones de por medio, accedió a una entrevista con la televisora propietaria del Club América y otros medios que lo siguieron, aseguró que ya no habrá más refuerzos y que estaba seguro que tendría un recibimiento como el que se le dio, pero que lo esperaba con mayor orden.
El holandés reiteró que está consciente de la expectativa que hay con su regreso al América, e insistió a la afición de que tengan paciencia pues ya han pasado mucho años de eso.
"Eso se puede lograr con muchísimo trabajo y también se necesita mucha paciencia, aquella ha sido una etapa completamente diferente, en ese sentido no he cambiado mi filosofía del futbol, por supuesto que para preparar a este equipo necesitamos algo de tiempo", dijo.
Luego abordó un vehículo de lujo conducido por el vicepresidente del equipo, Héctor González, y se trasladó a un hotel donde estará hospedado mientras encuentra casa.
Su asistente Win Rijsbergen catalogó como un gran gusto y satisfacción venir a México y opinó que no tendrá problemas para trabajar así, pues ya en alguna ocasión estuvo en la Universidad Católica de Chile.
El holandés dijo que conoce a Beenhakker desde hace varios años "y ojalá que tengamos un buen trabajo en este club. Voy a estar trabajando con el equipo y con todos los jugadores. Yo ya trabajé con la Universidad Católica en Santiago de Chile y conozco el futbol de Sudamérica.