El proyecto de rescate del edificio que ahora se conoce como ex Cuartel Juárez está congelado por diversas circunstancias, pero prevalecen básicamente dos: una de tipo presupuestal y otra que tiene implicaciones políticas vinculadas a los grupos de vendedores ambulantes e informales que fueron reubicados por la Presidencia Municipal en 1992.
De acuerdo con este proyecto, elaborado desde hace tres administraciones municipales, se contempla despejar la explanada frontal donde actualmente están instalados 380 comerciantes y, con ello, recuperar la fachada del ex Cuartel Juárez.
En teoría, los puestos que están en la parte frontal deberían pasar a la parte trasera del inmueble, donde están los patios que actualmente son utilizados por los camiones rurales del servicio mixto de transporte, pero los grupos de comerciantes asumieron una postura opositora al plan de rescate.
De acuerdo con los datos consultados, el proyecto fue presentado en 1994 en la etapa final de la administración municipal encabezada por Alejandro González Yánez; sin embargo, no ha podido ser ejecutado por las autoridades que siguieron.
En términos generales, la reubicación de vendedores ambulantes que estaban en el primer cuadro de la ciudad impidió que la fachada del antiguo edificio militar quedara tapada, dos fuentes quedaron atrapadas por los puestos, mientras que una escuela primaria fue prácticamente obstaculizada.
El subdirector de Desarrollo Urbano, Humberto Rosales Badillo, dijo que aunque el plan de rescate está detenido, la pretensión es propiciar todas las condiciones básicas para el funcionamiento de un mercado público, con infraestructura adecuada de sanidad y funcionalidad.
CENTRO HISTÓRICO
Discordia inmobiliaria
Un alto porcentaje de los inmuebles patrimoniales que han sido reutilizados no corresponde a las potencialidades de los edificios, lo que hace necesario empreder readaptaciones y modificaciones, asentó el Plan Parcial del Centro Histórico de la Ciudad de Durango.
Ante esta realidad, se requiere propiciar la compatibilidad entre los inmuebles ocupados y la zona declarada como protegida por la Ley Federal de Monumentos, Zonas Arqueológicas e Históricas.
El costo se eleva para la conservación del patrimonio histórico y la estructura social, cuando se dejan sin control las fuerzas del mercado inmobiliario; sin embargo, con estímulos y apoyos gubernamentales se podrían ofrecer posibilidades de inversión atractivas en la zona a propietarios y empresarios, supeditados a los intereses culturales, apuntó el documento consultado.