En el 2000 viví medio año en Boston y ahí me enteré por los periódicos locales de una bella historia de amor que quiero compartir con ustedes. Los nombres son ficticios, por razones obvias.
Kim, madre soltera con dos hijos propios, para subsistir aceptaba en custodia a niños que le enviaba el gobierno, trabajo que había realizado en varias ocasiones, pero decidió dejarlo porque se encariñaba con los infantes y al regresarlos se angustiaba mucho, sin embargo cuando el gobierno le propuso cuidar a Carolyne de 5 días de nacida, hija de madre soltera drogadicta con otras dos hijas, ambas pequeñitas, se enterneció y aceptó. La madre biológica, por indicaciones del Estado, la visitaba acompañada de sus otras hijas, en forma muy esporádica.
Kim se encariñó mucho con Carolyne quien constantemente tuvo que estar hospitalizada por problemas de alimentación, asma y neumonías. Desde un principio Kim notó que la niña tenía retraso psicomotriz. A pesar de todo esto, cuando cumplió 3 años de edad y el gobierno la reclamó, Kim contrató un buen abogado y logró la adopción, perdiendo el rastro de la madre biológica y las hermanitas. En ese tiempo se mudó al otro lado de su casa Robert, quien se encariñó con sus hijos, particularmente con Carolyne, y poco a poco se fue integrando a la familia. Ambos se casaron y Robert adoptó a Carolyne.
Carolyne siempre fue tratada con mucho afecto, siendo cuidada y protegida, le proporcionaron educación especial y había logrado el avance de una niña de 3er. año de primaria cuando apareció en los medios de comunicación el caso de Mary, una joven de 19 años, embarazada, quien junto con su pareja, un hombre 22 años mayor que ella, provocaron un incendio en un edificio. Ambos eran personas sin hogar (homeless) que se refugiaron en ese local y por accidente causaron el incendio, pero huyeron sin avisar a nadie y cuando la gente se dio cuenta, éste era de tal magnitud que causó la muerte de 6 bomberos. Fueron encarcelados, fijándoseles una fianza de un millón de dólares.
Al enterarse de la noticia, Kim se impactó por el gran parecido de Mary con Carolyne, decidió investigar y averiguó que ambas eran hermanas. Las ironías de la vida; mientras Carolyne era cuidada y protegida, paseaba en bicicleta, viajaba a Disneylandia, etc., Mary, quien también presentaba retraso y tuvo educación especial esporádica, estuvo viviendo en varios hogares sustitutos (foster homes) abandonó la escuela y se lanzó a las calles morando en lugares abandonados e inhóspitos, acompañada de todo tipo de hombres, sufriendo hambre y frío.
Esto enfrentó a Kim y Robert a pensar que sin su apoyo Carolyne también se hubiera dañado y, sin ser ricos, tan sólo por el compromiso de amor tan fuerte que sentían hacia su hija se dedicaron a tratar de salvar a Mary, considerando que por ser hermana de Carolyne también era parte de la familia. Lograron bajar la fianza a setenta y cinco mil dólares, cantidad que trataban de conseguir con esfuerzo y actividades de apoyo comunitario. La visitaban constantemente en la cárcel y le daban apoyo material y emocional. Carolyne sabía que era adoptada y que ahora tenía una hermana más y estaba esperando con los brazos abiertos a que Mary se incorporara a su nuevo hogar.
No me quedé el tiempo suficiente para saber el desenlace, que imagino bueno debido a la calidad moral de las personas que estaban involucradas en ese drama, pero quise relatarla porque independientemente de lo que se logre al final la considero una bella historia, ya que Kim y Robert pudieron evitar el verse envueltos en una situación complicada, sin embargo, todo lo hicieron por amor a Carolyne. No cabe duda de que los verdaderos padres son aquéllos que ayudan al crecimiento físico y desarrollo emocional de los pequeños, no aquéllos que los engendran.