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Psicomentarios / Amina Lawal

Coty Guerra

Nigeria es el país más poblado de África, con una población de más de 126 millones de habitantes de los cuales el 50 por ciento son de religión musulmana; el 40 por ciento, cristiana y el diez por ciento de creencias indígenas. Actualmente está gobernado por un presidente cristiano. Su idioma oficial es el inglés, pero también se habla hausa, yoruba e igbo.

Amina Lawal fue acusada de adulterio porque salió embarazada después de haberse divorciado de su marido, y de acuerdo a la sharia, que castiga el adulterio, la fornicación, el robo, los juegos de azar, el alcoholismo y bailar en público, debía ser castigado con lapidación (morir apedreada).

La sharia se refiere a las leyes del Islam y lo que pide Alá a sus seguidores. Se refiere a la ideología y la fe, e involucra la conducta y la práctica diaria de la religión musulmana. La introducción de la ley penal de la sharia por una docena de estados en Nigeria ha profundizado los conflictos étnicos y religiosos en ese país, además de que dividió la opinión musulmana, originado enfrentamientos que en los últimos tres años han originado 3,000 muertos.

En marzo de 2002, Amina, de 30 años de edad y analfabeta, fue sentenciada a ser lapidada hasta morir por el Tribunal Superior de la Shari´ha en el estado de Bakor, al norte de Nigeria. La historia de Amina es triste desde su infancia. Fue la menor de 13 hijos. Duró casada por 12 años y tuvo dos hijos de esa unión.

Se casó de nuevo al año siguiente, pero sólo duró diez meses el nuevo matrimonio. Después de su segundo divorcio fue cortejada por otro hombre, Yaya, por 11 meses y en ese lapso ella concibió un hijo, a quien él reconoció y prometió proteger, pero después él se retractó y ella fue llevada a la corte de Shari?ha porque su embarazo probaba que ella había tenido sexo fuera de matrimonio (su niño nació 16 meses después de su segundo divorcio). Ella admitió haber tenido relaciones carnales con Yaya, pero él lo negó y tres hombres testificaron que él no tuvo relaciones con ella, lo que fue suficiente para dejarlo en libertad y Amina fue sentenciada a muerte.

Organismos internacionales intervinieron al conocerse la noticia fuera de Nigeria y acordaron que el juicio tenía muchas irregularidades, tales como: ser cruel e inhumano, carecer de un juicio justo y equitativo, ser discriminatorio para las mujeres, ser discriminatorio de acuerdo a estándares sociales, carecer de jueces idóneos para juzgar rectamente y no proceder la pena de muerte porque ésta sólo puede ser aplicada por una corte de mayor nivel jurídico.

Gobiernos occidentales, dirigidos por la Unión Europea habían solicitado a las autoridades de Nigeria que intervinieran a favor de Amina, lo que fue secundado por grupos de defensa de los derechos humanos a nivel internacional. Esto originó que el presidente de una Corte de Apelaciones de ley Islámica, conformada por cinco jueces, anulara la condena el 25 de septiembre de 2003, aduciendo que la consideraban invalidada porque ella ya estaba embarazada de tres meses cuando se impuso la ley sharia en la provincia donde ella reside. De haber sido ejecutada la condena, Lawal hubiera sido enterrada de pie hasta el cuello y después apedreada hasta morir.

Amina actualmente vive con su padre, sus dos esposas y sus numerosos hijos en la pequeña aldea de Kurami, en el norte de Nigeria, una región predominantemente islámica, aldea tan pequeña que ni siquiera aparece en los mapas.

cotygube63@hotmail.com

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