En el ser humano existen dos motivaciones o instintos principales: Tanatos, de muerte y Eros, de vida. Esos dos instintos sirven para la supervivencia. Si nos sentimos atacados ejercemos la agresividad para sobrevivir, y el amor lo ejercemos para perpetuar la especie, y no me refiero sólo al acto sexual, sino al cuidado y atención de nuestros seres queridos para que crezcan productivamente.
No se sabe cuál instinto es más fuerte. Unos dicen que la bondad, otros que la agresividad. Sin embargo, como decía un filósofo (no recuerdo quién): ?No hay ninguna diferencia entre el vecino y el monstruo, lo que origina la conducta es la situación?.
La mayoría de los delincuentes son víctimas de las circunstancias, y sólo se necesita un paso pequeño para perder los valores humanos. Esto no debería ser así, pero la realidad de la vida nos dice que todo es posible. Por eso es tan importante que la enseñanza sobre los valores en el ser humano sea constante, porque nadie sabe dónde ?salta la liebre? y a la ?vuelta de la esquina? se puede ?perder el paso?. Una manera de conseguirlo es a través de las prácticas morales, por ejemplo pertenecer a una religión y ser practicante de ésta, no sólo de nombre; frecuentar amistades adecuadas y escuchar a los adultos mayores (ellos cuentan con la experiencia).