No puede uno menos de lamentar el que un menor de 15 años les prenda fuego a unos niños menores de 10 años: Miguel, José, Saúl, etc., los nombres no es lo importante, aunque sí para sus padres, lo que es terrible es el hecho. Por maldad el de 15 les prendió fuego a los más pequeños.
La sociedad se escandaliza, y con justa razón, pero... qué se puede esperar en una época en que las imágenes paternas (llámense padres o sucedáneos), no están desempeñando el rol de padres que les corresponde, o sea: proteger, enseñar, cuidar, educar y, sobre todo, amar. Siempre que todo lo anterior sea con el ejemplo.
Está ampliamente comprobado que la rebeldía, la delincuencia, la drogadicción, la prostitución en los niños y jóvenes tiene que ver directamente con la ausencia de una figura paterna fuerte y protectora, no con la figura materna. El padre es quien debe estar ahí, presente, en el momento del crecimiento y desarrollo de los hijos para que éstos no crezcan con una baja autoestima, si el padre permanece ausente o periférico, cualquier cosa se puede esperar. Reflexione... Y actúe en consecuencia.
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