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MÉXICO, DF.- Los cuentos publicados durante el 2002 en suplementos y revistas culturales pasaron por el colador, y 28 de ellos se reúnen en el libro Los Mejores Cuentos Mexicanos, edición 2003.
Hay relatos cortos, textos de 20 cuartillas, obras de autores conocidos, piezas de escritores dedicados hasta ahora a la poesía y, en general, cuentos que retratan con certeza la condición humana en sus mejores y peores momentos.
Gerardo de la Torre, escritor de cuentos, novelas y guiones, fue quien hizo la selección de esta antología que anualmente, desde 1999, publica la editorial Joaquín Mortiz.
Esta selección y las anteriores deja ver, según De la Torre “el pulso del cuento mexicano, y es una especie de radiografía del género”.
Cuentista incluido en algunas de las anteriores antologías, De la Torre considera que el cuento en México goza de buena salud: “siento que ha estado bien toda la vida, desde mediados del siglo XIX hasta la fecha, siempre ha habido buenos cuentistas”.
En el libro hay relatos de José de la Colina, Rosa Beltrán, Mauricio Montiel, Guillermo Samperio, Alvaro Enrigue, Elmer Mendoza, Carlos Cuarón, Mario González Suárez, Mónica Lavín, Fabio Morábito y Hernán Lara Zavala, entre otros.
La selección se realizó entre un aproximado de 200 cuentos publicados en medios de varias ciudades. De la Torre contó con la colaboración de Alberto Arriaga, quien ha participado en la selección inicial de los cuentos en las cinco ediciones.
La fórmula de un buen cuento, asegura el escritor, está en la triple invención: de la historia, de una manera de contar y del lenguaje.
En ese sentido, opina en la introducción del libro, los textos conservan esa orientación, al tiempo que “difieren en el tono, la intensidad, el ritmo, los recursos narrativos, las arborescencias y la aproximación a ciertos insondables misterios de la condición humana”.
De la Torre asegura que a la hora de escogerlos no importaron los nombres de amigos y enemigos, conocidos o no, sino la calidad. Por eso, imagina que los nombres deberían desaparecer para que no se dieran celos y suspicacias.
Tuvo en cuenta que el relato le resultara disfrutable: “más que de atmósfera y mero lenguaje son relatos que cuentan algo, porque la literatura es inagotable en sus maneras de apropiarse de la realidad”.
La selección no incluye cuentos publicados en libros a lo largo del año. Esto, según De la Torre, “aunque puede resultar una falla, es porque si los cuentos ya están en libros no van a quedarse desperdigados, perdidos, y el objetivo de la colección es precisamente rescatar lo publicado en medios”.
Aunque hay autores de diversas generaciones, todos han publicado antes; ninguno es una figura nueva. Lo que sí hay es diversidad de temas. Otra característica común es que ningún relato es histórico, se habla de la época actual o del pasado reciente; en cambio, se encuentran tres relatos de ciencia ficción.
Normalmente estas antologías son de alrededor de 20 relatos, pero en este caso fueron 28, dado que algunos son textos breves.
De la Torre reconoce que él influyó porque tiene una especial predilección por el cuento corto.