La mal interpretada oposición política en México ha sido uno de los motivos torales de que la nación no termine de levantar el vuelo como el país lleno de recursos naturales que es, y ello debido a que la regla política que observan algunos partidos ubicados en la oposición, es justamente eso?¡oponerse a todo!... sea bueno o malo, frío o caliente, basta que la iniciativa parta del gobierno en turno para que el partido de oposición haga su tradicional, estúpido y bien remunerado trabajo de? ¡llevarle la contra en todo!
En días pasados escuché a un connotado político decir que el papel de su partido como oposición, era estar en contra de todo lo que hiciera, pensara o propusiera el gobierno de Fox, para con ello -y asústese- ser un factor de equilibrio de fuerzas? ¡mi madre!... ese señor debería estar cuidando marranos -con todo el respeto que me merecen los marraneros-, y no dirigiendo los destinos de nuestro bello México.
Y lo remito al reciente pleito callejero de mordidas y pellizcos ?Gordillo-Madrazo?, donde la profesora Elba Esther fue acusada por su mismo partido de ayudar a que alguna de las propuestas de Fox se llevaran a la práctica, y vaya que le fue como en feria por dejar de ser -al menos por un ratito-? oposición.
Y aquí en Torreón no somos la excepción. Si Anaya deja a los camioneros como lo han estado siempre, la oposición lo tacha de inepto y falto de ?aquellos?... aaah? pero si se lanza a remodelar los bulevares -y felicidades personales por ello-, yo como oposición que soy, pregono a los cuatro vientos que es el Gobernador quien hace todo el trabajo y no el Presidente Municipal? ¿Qué pasa?... porque vivir dando la contra a todo y por todo, tan sólo porque algún descerebrado dijo alguna vez que ser del partido de oposición significaba oponerse a todo, aunque ello fuera a todas luces lo más estupido del mundo.
Recuerdo que cuando estudiaba en España -recién muerto Franco-, contendieron para la presidencia española Felipe González y Adolfo Suárez, ganando este último -a según de doña Oliva Lafuente de Fernández (q.e.p.d) ?por guapo?-. Sin embargo, durante los años que Suárez gobernó España, fue tan importante el papel que tuvo siempre Felipe González, que nadie vaciló en nombrarlo presidente una vez que Suárez concluyó su mandato. La clave de ello fue que Felipe González jamás se oponía ?por norma? a lo que decía Suárez, sino que lo apoyaba y lo ayudaba en lo que estuviera a su alcance, sin dejar por ello de opinar con educación cuando en algo no estaba de acuerdo, ello dio por resultado una serie importante de cambios políticos que llevaron a España a madurar una democracia y salir del sistema dictatorial que habían tenido durante décadas.
En México, los partidos políticos -sin excepción- se pelean como botín de guerra la mayoría en el Congreso... ¿mayoría?... ¿Y qué importa tener la mayoría si es obvio que todos votarán por lo que sea mejor para México?... aaaah? pues resulta de que tener la mayoría en el Congreso significa tener la seguridad de que al menos algo se va a aprobar, y por ello? algo va a ser hecho realidad, mientras que de no tener la mayoría, dé usted por hecho que Diputados y Senadores seguirán ahí felices, de día de campo, cobrando por ello sueldos altísimos y sin lograr llevar hasta el final una sola iniciativa que nos beneficie a todos.
Y como diría mi querido maestro Don Hueso? ¡explícamelo -hijo- como si fuera la cocinera de tu casa!? pues bien don Carlos: Imagine usted que para organizar los preparativos de la fiesta navideña divide a su familia en cuatro grupos, bajo la consigna de que cada grupo se opondrá a todo lo que propongan los demás. Comprenderá con esto, que se llegará el 24 sin que ninguna de las partes se hayan puesto de acuerdo en nada, y seguro que pasará usted la Navidad cenando frijoles y viendo la televisión, ¿tengo diez?
Poco se de política, y por ello poco opino, pero de algo estoy cierto, de que aquéllo que beneficie a todos los mexicanos, debería de ser aprobado ?itso facto? -hecho M?-, y olvidarse de la tan llevada y traída soberanía nacional, palabreja que deberían dejar de lado temporalmente, pues con esa banderita, ni se aprueba la Reforma Energética, ni se permite que capitales extranjeros vengan a meterle lana al país para abaratar nuestra energía, aún dando por hecho que con ello todos vayamos a vivir mejor.
Soberanía aparte; deseo haya mucho trabajo para mí y para mis hijos. Ya no quiero ver pordioseros en las calles, indios ateridos de frío en las puertas de las iglesias y ancianos pidiendo en los cruceros. Quiero ver a un México más justo. Y sinceramente me importa poco si nuestro petróleo lo extraen los rusos, lo refinan los gringos y lo consumen los noruegos, si ello conlleva a que todos los mexicanos vivamos mejor.
Y una prueba de esta actitud lo es hoy día China. Si, esa China comunista y sobrepoblada que creemos más fregada que nosotros, y que ahora mismo sus productos de exportación le están quitando el mercado a los nuestros. Pues ellos si permiten que cualquier capital extranjero entre y haga producir a su país.
Facilitan al máximo la inversión extranjera y local dando hasta cinco años de exención de impuestos, y permiten sin miramientos que cualquier compañía petrolera se instale en su territorio y produzca dinero, abarate los costos de la vida y mejore el estado de los millones de chinitos . En fin, que en China -como debería de serlo en todas partes- la prioridad es su gente, su bien comer, su bien vivir y su bien estar, mientras que en México la prioridad es? defender la tan trillada soberanía nacional, mantener a toda costa el puesto político que se tiene, y dar la contra en todo, pésele a quien le pese.
De un conocido político cuyo partido -como diría Cervantes en el Quijote- no deseo acordarme, escuché la frase de que no era conveniente que el partido en el poder (Fox) lograra éxitos, pues con ello el partido opositor -ellos- perdería votos para la siguiente elección; que dicho en cristiano significa? aquí nos vale ma? si las cosas son buenas o malas y si la gente se beneficia o no. Aquí lo importante es seguir en este ?juego político? que tan buenos dividendos nos brinda.
A final de cuentas, usted y yo tenemos una parte de culpa, porque los mal llamados servidores públicos no aparecieron ahí por generación espontánea, ni son ?paridos? por los mismos políticos, están ahí porque nosotros los elegimos para que opinaran y decidieran en nuestro nombre sobre lo que más convenía a los intereses de todos nosotros.
Lo malo fue que muchos de nuestros votados -por suerte, no todos- se han dedicado más a lucrar en su provecho y tomar decisiones para su propio beneficio, que a tratar de hacer de México? un país más próspero, más parejo y sobre todo? más justo.
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