24 junio 2003
LONDRES, (AP).- Gran Bretaña recibió el martes al presidente ruso Vladimir Putin con toda la pompa real, durante una visita de estado cuyo fin es limar las asperezas que lastimaron recientemente la relación de los dos países, especialmente por la guerra en Iraq.
Se trata de la primera visita de estado que realiza un líder ruso a Gran Bretaña desde 1874 y como tal recibió el mejor tratamiento por parte de la familia real: un recibimiento con alfombra roja en el aeropuerto, una procesión en carruaje hacia el Palacio de Buckingham y un banquete con la reina Isabel II y su esposo, el príncipe Felipe.
Las relaciones entre Rusia y Gran Bretaña se enfriaron este año a raíz del conflicto en Iraq. Mientras los británicos se unieron a Estados Unidos y apoyaron la guerra, los rusos se contaron entre los principales opositores del conflicto.
Se estima que la visita ayudará a aflojar las tensiones y reflejará la creciente importancia económica que Rusia tiene para Gran Bretaña. En una entrevista televisada el domingo en Gran Bretaña, Putin dijo que las relaciones entre los dos países han madurado desde la caída de la Unión Soviética. Las relaciones "ya no son sobre ideología. Nos hemos convertido en verdaderos socios", manifestó Putin a la BBC de Londres.
Putin y Blair han cultivado una cercana relación, y es probable que los dos líderes resten importancia, al menos en público, a las diferencias que los han separado en temas como los de Iraq, Irán y Corea del Norte.
Pero al parecer el martes no se discutieron temas políticos mientras Putin y su esposa Lyudmila tuvieron un recibimiento visto en escasas ocasiones en Gran Bretaña.
El príncipe Carlos estuvo al pie de la alfombra roja en el Aeropuerto Heathrow para recibir a la pareja rusa antes de que se dirigiera al centro de Londres, donde los esperaba una recepción oficial.
Guardias de los granaderos y la tropa de caballería marcharon en un desfile al aire libre en el que también estuvieron la reina Isabel II, su esposo, el príncipe Felipe y el primer ministro Tony Blair, para recibir a Putin y su mujer.
Putin permaneció al lado de la reina mientras una banda militar tocaba el himno nacional ruso en Green Park. Después que terminó el desfile, los dignatarios subieron a carruajes y se dirigieron al cercano Palacio de Buckingham, en donde residirán Putin y su esposa durante la visita de cuatro días.
Posteriormente, Putin fue a la tumba del soldado desconocido, en la Abadía Westminster y depositó allí una ofrenda floral en honor a los soldados rusos caídos en la guerra.
En su visita de cuatro días, Putin se reunirá también con líderes de la oposición británica y participará en una conferencia sobre energía. Se trata de la primera visita de estado de un líder ruso a Gran Bretaña desde que el zar Alejandro II estuvo con la reina Victoria en 1874 para la boda de su hija con el hijo de la reina.
En oportunidades anteriores Putin y otros funcionarios de su país han viajado hasta Londres por cuestiones de política. Desde la caída de la Unión Soviética las relaciones anglorrusas florecieron. La reina efectuó una visita de estado a Rusia en 1994 y Gran Bretaña fue el primer destino occidental al que viajó Putin luego de ser elegido presidente en el 2000.
Además de abordar temas políticos, los dos líderes conversarán sobre las relaciones económicas. Gran Bretaña exportó más de 1.650 millones de dólares de mercancías a Rusia en el 2002 y es el inversor extranjero más importante para los rusos.
Putin viajará también a Escocia y visitará las atracciones turísticas de Londres, como la Catedral de San Paul, la Torre de Londres y el Observatorio Real de Greenwich.