Al menos 550 familias permanecen hacinadas en campamentos . Sobrevivientes cuentan experiencias "milagrosas" tras el terremoto.
México, (Notimex).- Han pasado ya 18 años de los sismos del 19 de septiembre de 1985, que dejaron malherida a la ciudad, y aún siguen en pie más de 30 edificios dañados y al menos 550 familias habitan campamentos de damnificados, a pesar de que lo niegan las autoridades.
Si bien en la mayor parte de las zonas afectadas ya fueron derruidos los edificios siniestrados y en su lugar hay torres de cristal y hoteles de lujo, como en la avenida Juárez, el dolor sigue vivo en miles de capitalinos que perdieron algún ser querido.
Además de la pena de haber perdido algún familiar o amigo en los sismos de 1985, algunos de quienes vivieron esa experiencia no tienen un lugar digno donde vivir o por lo deterioro de sus inmuebles están a punto de perder su patrimonio.
El representante de la Asamblea de Barrios, Raymundo Hernández Lemus, dijo a Notimex que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no ha hecho nada por ayudar a los damnificados que todavía viven campamentos.
"Al contrario, ha permitido al empresario Carlos Slim hacer de las suyas y promover que vecindades ruinosas ubicadas en las calles de Academia, Guatemala y Correo Mayor, donde habitan más de 100 familias, sean desalojadas para construir viviendas para gente rica", acusó.
Si bien el director general de Protección Civil local, Luis Wintergerst, aseguró que en los campamentos ya no viven "damnificados originales", el Frente del Pueblo sostuvo que "al menos 550 familias continúan habitando en campamentos levantados a raíz de la emergencia de 1985".
"Tres generaciones han ocupado esas precarias viviendas construidas con láminas de cartón, expuestas a la rudeza cotidiana de los elementos naturales", señaló el vocero del Frente del Pueblo, José Antonio Salas.
Tal es el caso del campamento situado en la calle de Naranjo, en la colonia Atlampa donde, en una superficie de poco más de 900 metros cuadrados, viven 36 familias hacinadas en cuartos redondos sin separación de cocina, recámara o baño.
Según Salas, a pesar de las promesas no ha habido apoyo ni en materia de vivienda, lo más urgente, ni en organizar una respuesta ante la eventualidad de que ocurra un terremoto de la misma magnitud que el de 1985.
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QUEDAN HUELLAS PROFUNDAS... dos... 1985 Dijo que López Obrador no ha cumplido con lo que prometió el 19 de septiembre de 2001: "una respuesta para las familias que aún hoy, 18 años después, viven como damnificados".
Cabe señalar que para atender a los damnificados de 1985 el gobierno federal expropió cuatro mil 287 inmuebles, que constituyeron la bolsa de suelo donde se haría la reposición de viviendas con el Programa de Renovación Habitacional Popular.
También se creó el programa emergente de vivienda Fase II, para atender a las familias damnificadas de los inmuebles excluidos en los decretos de expropiación.
De igual manera se instalaron 23 campamentos de damnificados para reubicar provisionalmente a mil 457 familias afectadas, con más de seis mil habitantes.
Sin embargo, al verificar el censo el total se incrementó a mil 607 familias, con una población absoluta de siete mil 392 personas, las cuales en su mayor parte fueron dotadas, posteriormente, de viviendas.
Al respecto, el director general de Protección Civil, Luis Wintergerst, informó que todavía existen campamentos, pero aclaró que en ellos "ya no viven damnificados originales de los sismos del 19 de septiembre de 1985".
Admitió que a 18 años de los sismos aún queda una treintena de edificios dañados, ubicados sobre todo en la delegación Cuauhtémoc y algunos en la Venustiano Carranza y Benito Juárez, la mayoría deshabitados.
Se trata de inmuebles cuyos propietarios están amparados contra la demolición, así representen un riesgo para los ciudadanos y para los invasores, añadió Wintergerts.
Precisó que el Gobierno del Distrito Federal trabaja para convencer a los dueños de que suspendan el juicio de amparo y proceder a la demolición inmediata, pues representan un grave riesgo para la seguridad de vecinos y peatones.
En el caso de Tlatelolco, una de las zonas más afectadas por los sismos del 19 de septiembre de 1985, aún persiste el temor pues vecinos del lugar aseguran que varios de los edificios habitacionales no han sido reforzados, a pesar de que quedaron afectados.
Sin embargo, las huellas más profundas están en quienes perdieron familiares en Tlatelolco cuando los sismos derrumbaron el edificio Nuevo León, personas que aún recuerdan, con lágrimas y dolor, a sus seres queridos.
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QUEDAN HUELLAS PROFUNDAS... tres... queridos Como el matrimonio formado por José Federico López y Gloria Medina, quienes ese 19 de septiembre de 1985, tras los sismos buscaron a su hijo que vivía con familiares en el Nuevo León.
"Nunca los encontramos a pesar de que a la media hora ya estábamos ahí; perdimos a mi hijo, a mi nuera y a mi nieta", recordó con pesar la señora Medina, con las fotos de sus familiares en sus manos.
En cambio, con otros, unos pocos, la suerte fue más generosa, como en el caso de Luz María Alvarez Ascencio, madre soltera que salió a trabajar desde las cinco de la mañana y cuando regresó su departamento en el edificio Nuevo León ya no existía.
Luego de nueve días de búsqueda entre los escombros, vecinos, voluntarios y elementos del Ejército rescataron sanos y salvos a los tres hijos de la señora Alvarez, quien a 18 años de distancia califica esto como "un milagro divino".
Ella será una de las cientos de personas que estarán en la misa que se realizará este viernes 19 de septiembre a las 7:00 horas en la Plaza del Sol, donde alguna vez estuvo el Nuevo León con sus 15 pisos y 288 departamentos.
Ese día, como hace ya 17 años cada 19 de septiembre, habrá en Tlatelolco la misa por los muertos del edificio Nuevo León, donde habrá oraciones por los desaparecidos y los muertos, y los dolientes colocarán flores y veladoras, como cada año.
De igual manera, en la zona de San Antonio, donde alguna vez estuvieron decenas de talleres donde perdieron la vida mujeres que trabajaban como costureras, se realizará una misma el mismo día y a la misma hora.
Uno de los dirigentes vecinales de la zona de Tlatelolco, Cuauhtémoc Abarca, explicó a Notimex que si bien los sismos del 19 de septiembre de 1985 dejaron dolor y destrucción, también enseñaron lecciones a la sociedad mexicana y, sobre todo, a los capitalinos.
La principal lección es que cuando la sociedad se organiza y rompe las barreras del control político, surgen nuevas fórmulas de solidaridad, de comunicación, de organización y de participación.