¿Quién se ha llevado el Cambio?"
Un Presidente es como el Sol y sus secretarios como los planetas que giran alrededor suyo y no viceversa", Carlos Fuentes en La Silla del Águila.
"No haré cambios en el gabinete, pero si alguien se quiere ir..." Fue la respuesta del presidente Fox ante la debacle del seis de julio. Fox decidió que él no buscaría cambios en su equipo cercano, que los resultados electorales no reflejan la necesidad de cambiar ni rumbo ni personal. Por esta razón se le comunica a todos los secretarios de Estado, que se preguntaban si tenían que empezar a empacar maletas, que ya pueden esconder las cajas que iban a usar para empacar sus recuerditos y condecoraciones. Ya informó el Presidente que no habrá gabinetazo. Por lo menos no ahora. Pero no se confíen mucho, señores y señoras Secretarios y no vayan a tirar esas cajas para empacar porque ustedes, más que nadie, saben cómo puede cambiar de opinión su jefe.
No entiendo cuáles eran las intenciones originales del Presidente cuando anunció desde el inicio que su gabinete era sexenal. Tal vez quería enviar un mensaje de que habría continuidad en las políticas de su gobierno, por más buenas o malas que fuesen. A lo mejor, Fox quiso subrayar su confianza en el equipo que fue "seleccionado" con tanto cariño por los caza talentos. Sin embargo, lo cierto es que la pasividad del Presidente y de su gabinete ha tenido un efecto contrario. La posibilidad de que el gabinete en efecto sea sexenal produce nerviosismo y preocupación y esto lo revelan las encuestas y el análisis de los expertos que a gritos piden cambios en el "gabinetazo" y en algunas políticas del Presidente. Adicionalmente, sin darse cuenta el Presidente se encajonó al anunciar que no cambiaría a nadie, pasara lo pasara, y creó un incentivo y un peligroso precedente para el gabinete.
Ahora sí les quedó claro a los secretarios que pueden ser incompetentes o, peor aún y hacer lo que se les pegue la gana, incluido el contradecir públicamente a otros secretarios y hasta al mismo jefe del Ejecutivo, sin riesgo de perder su chamba. Y vaya que los secretarios se han portado bastante mal, hasta el punto de ser abiertamente desleales al Presidente o de pecar por negligentes por su absolutamente incompetencia.
Lo que va a resultar sumamente interesante es ver cuántos secretarios y personas dentro del círculo cercano al Presidente le toman la palabra y deciden renunciar por cuenta propia. Seamos más crudos en la analogía, la pregunta es cuántos "ratoncitos" (eso de decir ratas se oye feo) se lanzan al mar antes de que se hunda el barco. Para aquellos y aquellas que quieran mantener viable su carrera política es imprescindible que busquen ya una salida del gobierno y entre más pronto mejor.
Esto es particularmente urgente para todos aquellos que se sientan remotamente presidenciables, no, mejor refraseo: urgente para quienes saben que tienen alguna posibilidad real de llegar a La Silla del Águila, no vaya a ser que la próxima semana presente el gabinete en pleno su renuncia, con eso de que todos parecen estar en campaña perpetua.
Para muestra basta un botón y vaya ejemplo de realpolitik, Jorge Castañeda, quien se lanzó al agua como experto nadador de triatlones con todo y salvavidas para iniciar su campaña presidencial, deslindándose del fracaso del seis de julio. Los últimos tres años de Fox serán difíciles y por más optimismo que exprese el Presidente, generalmente la segunda parte de cualquier administración tiende a ser menos productiva y a arrojar menos resultados que cuando se inaugura. Es la ley de la política, sin más ni menos.
Ya que usamos metáforas que incluyen roedores y sabiendo lo propenso que es este gabinete a lecturas y conferencias motivacionales, valdría la pena que todos los secretarios se releyeran "Quién se ha llevado mi queso", de Spencer Johnson, que es una narración cursi, pero un tanto conmovedora, de dos ratoncitos llamados Hem y Hew, que aprenden la difícil lección de cómo anticipar los tiempos cambiantes y mover sus quesitos antes de que esto suceda. Para el Presidente del "cambio" le sugiere el libro de Spencer como lectura nocturna.
En la fábula de Spencer, escrita para ejecutivos, el ratoncito Hew anticipa el cambio con sentido del humor y luego se hace al final cargo de su situación. El segundo ratoncito Hem, con el orgullo herido, indignado se queja por la injusticia, pero teme hacer el ridículo y se da por vencido en lugar de enfrentar que le robaron su quesito por no enfrentar el cambio. Al Presidente Hem, perdón Fox, le están robando rápidamente "la Presidencia". Pero no está solo, ya que en esta vorágine de cambios algunos secretarios se preguntan ¿Quién se llevó mi candidatura?, otros se preguntan ¿Quién se llevó mi partido? y otros más se preguntan ¿Quién se llevó la legislatura?, pero lo que muchos mexicanos nos preguntamos es ¿Quién se robó el Cambio?
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