EL PAÍS
Heraklio, Grecia.- Israel quiere que sea Estados Unidos y no otros quienes dirijan y supervisen el plan de paz para Oriente Medio. Así lo dijo su ministro de Exteriores, Silvan Shalom. “Por el bien del proceso será mucho más fácil lograrlo con la dirección y la supervisión norteamericana”, indicó en alusión a las preferencias israelíes de que la Unión Europea (UE) adopte una función complementaria. El ministro confirmó la celebración la semana próxima de una cumbre tripartita de George Bush con Ariel Sharon y Mahmoud Abbas, conocido como Abu Mazen, en Jordania o Egipto y adelantó que el líder israelí y el primer ministro palestino se volverán a reunir esta semana antes del encuentro con el presidente norteamericano.
La aceptación por parte de Sharon del Mapa de Ruta, el plan de paz presentado en diciembre pasado por el cuarteto (EU, UE, Rusia y ONU) se convirtió ayer en centro de declaraciones y discusiones de la primera sesión de la Conferencia Euromediterránea que se celebra en Heraklion, en la isla griega de Creta, con la participación de 35 ministros de Asuntos Exteriores: los Quince de la UE, los diez de la ampliación y los diez de la cuenca sur mediterránea. Iraq pasó a segundo plano.
Por primera vez no ha habido que registrar boicoteos de algún socio de este foro desde el lanzamiento en 1995, en Barcelona, del diálogo político, económico y cultural entre las dos orillas. Siria y Líbano asisten a diferencia de otras ocasiones. Sin embargo, no hubo ningún contacto entre sirios e israelíes. Shalom censuró el apoyo de Damasco a las actividades violentas de grupos radicales como Hezbolá. Tampoco se entrevistó con su colega palestino, Nabil Shaat. Éste tenía previsto llegar a la cena a la que Shalom no asistió.
Israel, dijo ayer su ministro de Exteriores, quiere la paz: ‘Es momento de volver a la mesa de negociaciones y queremos la paz’. Sin embargo, inmediatamente insistió en que el nuevo Gobierno palestino debe poner fin inmediatamente a la violencia. ‘Abu Mazen tiene que demostrar que quiere la paz poniendo fin al terrorismo y realizando las reformas. A nadie beneficia el terrorismo’, subrayó.
La cuestión del terrorismo internacional fue también abordada durante el encuentro. Una fuente diplomática europea confesó haberse sentido sorprendido por la convergencia de opiniones a uno y otro lado del Mediterráneo sobre el peligro de expansión del fenómeno.
La destrucción de los asentamientos judíos y el final de esa política es una de las reservas planteadas por Sharon al plan de paz al igual que el regreso de los refugiados palestinos.
‘No oculto que algunas de las apostillas al plan nos preocupan’, confesó en un momento de descanso de la reunión la ministra española, Ana Palacio. ‘Sin embargo, el hecho de que Israel haya respaldado el plan como tal es muy importante. Ahora de lo que se trata es de ponerlo en marcha’, dijo.
De igual modo se expresaron el francés Dominique de Villepin, el alemánJoschka Fischer y el Alto Representante de la UE, Javier Solana. ‘Tenemos ante nosotros una auténtica oportunidad y hay que saberla aprovechar’, dijo poco antes de que los europeos se reunieran a solas con el representante de Sharon para resionarle a la aplicación sin dilación del proceso empezando por el levantamiento del bloqueo de Gaza y Cisjordania.
Israel considera vital que los países árabes moderados se impliquen en la aplicación del Mapa de Ruta. ‘El éxito también depende de ellos’, afirmó el ministro Shalom, que pidió el regreso de los embajadores de Egipto, Jordania, Marruecos y Túnez. Los representantes de estos gobiernos abandonaron Israel tras el estallido de la última intifada en septiembre de 2000.
Para Siria y Palestina las palabras de apoyo de Sharon al plan de paz despiertan bastante escepticismo y no poca sospecha. Fuentes palestinas comentaron en Creta que Sharon ‘trata con sus palabras poner una trampa a todos, empezando por Bush’. De momento, el presidente norteamericano, con el dossier Saddam ya finiquitado, parece de una vez por todas resuelto a abordar con mayor seriedad y responsabilidad el drama palestino-israelí.