La guerra aquí está otra vez,
no se cansa de volver,
a veces caballerosa,
hoy por imbécil poder.
Temístocles hizo falta
para volver a decir:
“Pega, pero escucha, Bush,
irascible paladín”.
¿Para qué tan grande prisa,
si al fin la guerra vendrá,
pues el hombre no ha aprendido
a hablar sino con su ayuda?
Los niños recién nacidos
pronto morirán allá...
Después vestirán de luto
las madres de acá y de allá.