LONDRES (AP) .- Un mundo precavido ante la idea de una guerra acogió con cautela la promesa del presidente norteamericano George W. Bush de que presentará pruebas de los programas armamentistas ilegales de Iraq, pero algunas naciones expresaron el temor de que Washington estaba demasiado inclinado a desatar el conflicto.
Un vocero del primer ministro británico Tony Blair -- el aliado más estrecho de Bush contra Iraq -- encomió el miércoles el discurso del presidente sobre el estado de la nación, por presentar sin rodeos la necesidad de desarmar a Saddam Hussein.
"El presidente Bush explicó de manera muy elocuente por qué necesitamos tomar medidas para asegurar que Saddam esté desarmado", dijo el despacho de Blair. "Esto es algo sobre lo que se debe insistir una y otra vez".
En la Cámara de los Comunes, Blair se hizo eco de la afirmación de Bush acerca de que existen pruebas que vinculen a Saddam Hussein con la red terrorista al-Qaida.
"No tenemos prueba alguna que vincule a Iraq con al-Qaida en circunstancias relativas al 11 de septiembre", dijo Blair. "Sabemos que hay vínculos entre al-Qaida e Iraq, pero no conocemos con precisión la naturaleza exacta de esos vínculos".
En su discurso del martes, Bush dijo que la acción contra Iraq no podía esperar "hasta que la amenaza fuese inminente".
"Si Saddam Hussein no se desarma completamente, para seguridad de nuestro pueblo y de la paz mundial, encabezaremos una coalición para desarmarlo", agregó el presidente.
Los Estados Unidos y Gran Bretaña han advertido que a Irak se le está agotando el tiempo para deshacerse de sus programas de armas químicas, biológicas y nucleares, tal como lo exigen las Naciones Unidas.
Pero otros miembros del Consejo de Seguridad -- en particular Rusia, China y Francia, que tienen el mismo poder de veto que Estados Unidos y Gran Bretaña -- opinan que debe darse más tiempo a los inspectores de la ONU para su búsqueda de armas prohibidas.
Muchos países europeos parecieron alentados por el anuncio de Bush de que su secretario de Estado Colin Powell comparecería la semana entrante ante el Consejo de Seguridad para presentar el caso contra Irak.
El primer ministro sueco Goeran Persson dijo que el discurso demostraba que el presidente norteamericano sentía en serio la necesidad de "tener el respaldo de la comunidad internacional".
En Moscú el vocero de la cancillería Alexander Yakovenko reiteró la posición rusa de que se necesitaban medidas diplomáticas para resolver la crisis.