20 de diciembre de 2003.
MADRID, (AP).- El presidente del gobierno español José María Aznar realizó el sábado una visita sorpresiva a soldados de su país en Iraq, y les agradeció el sacrificio que realizan.
En un viaje que recordó el realizado por el presidente estadounidense George W. Bush en el Día de Acción de Gracias a los soldados emplazados en Iraq, Aznar partió la noche del viernes, con una delegación de 16 miembros, a fin de reunirse con integrantes del contingente de 1.300 españoles, que tiene su base en la población meridional de Diwaniya, a 160 kilómetros al sur de Bagdad.
Aznar se reunió con el comandante del contingente militar español, general Fulgencio Coll, y luego almorzó con algunos de los soldados.
Llegó poco después de las 11.00, hora local (0800 GMT) y partió de Iraq unas cuatro horas más tarde. En breves comentarios a la prensa, Aznar expresó su respaldo a las tropas españolas y dijo que les había traído saludos del rey Juan Carlos.
Al aludir a la tarea de los soldados, Aznar dijo que era "una lucha por una causa justa, que es la causa de la libertad, la causa de la democracia, la causa de la estabilidad y la causa del respeto a la ley internacional".
El presidente del gobierno español, quien viajó con el ministro de Defensa Federico Trillo, expresó confianza en que pueda ser formado un gobierno provisional iraquí en los primeros meses del 2004, y dijo que restablecer la seguridad en Iraq es un requisito fundamental.
Aznar también dijo que Saddam Hussein debe ser procesado en Iraq, pero con supervisión internacional, y que está en contra de la ejecución del derrocado presidente iraquí, o de cualquier otro sospechoso.
En rueda de prensa, Aznar afirmó que Saddam Hussein "era uno de los mayores criminales de la historia y de nuestra época y sin duda merece la pena que sea juzgado y castigado por sus crímenes".
"Espero que sea castigado por los crímenes que ha cometido y me alegro porque nadie tiene que tener miedo en Iraq a que un tirano pueda volver", dijo Aznar.
Aznar manifestó que "en el mundo de hoy las amenazas no sólo se conjuran o se evitan en territorio español sino también trabajando todos los días aquí". Así, agregó "no sólo se ayuda a los iraquíes y a toda la región sino también a defender la libertad, la estabilidad, la paz y la prosperidad de España".
Diez españoles han muerto en Iraq desde agosto. El peor ataque ocurrió a finales de noviembre, cuando en una emboscada insurgentes iraquíes mataron a siete agentes españoles de inteligencia.