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LONDRES, INGLATERRA.- La policía británica realizó ayer un simulacro de ataque químico en el metro de Londres, una semana después de que se reveló la posibilidad de que Reino Unido pudiera ser blanco de algún atentado suicida.
El simulacro coincidió con la revelación de un plan confidencial del gobierno británico, llamado “Operación Sassoon”, que prevé la evacuación de la población de Londres en caso de un atentado y que fue publicado ayer por el diario “The Sunday Times”.
Un total de 500 policías y bomberos, así como ambulancias, personal médico y 60 cadetes en el papel de las víctimas del ataque, participaron en el simulacro, el primero en su tipo en Reino Unido desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
El escenario del ejercicio presentó una situación en la que un químico peligroso era dispersado en un tren lleno de gente que viajaba de Waterloo a la estación del Banco Central, corazón y centro financiero de la capital británica.
Los paramédicos tenían la función de sacar a los “cadáveres” del tren atrapado en las vías del metro y llevarlos al exterior de la zona que rodea a la estación del Banco para depositarlos en unidades para eliminar la contaminación, que por primera vez fueron exhibidas.
El simulacro que inició ayer a las 11:48 horas de Londres (10:48 GMT) y que se prolongó por varias horas, no requirió la suspensión de los servicios de la línea empleada en el ejercicio, aunque los trenes no hicieron paradas en la estación utilizada.
Oficiales británicos subrayaron que el ejercicio no se realizó en respuesta a alguna amenaza específica de ataque y que se trató sólo un simulacro para determinar la actuación de la policía y de los servicios médicos y de bomberos en situaciones de emergencia.
“Tenemos que estar preparados para todas las nuevas amenazas que surjan. Como lo vimos la semana pasada en el metro cuando la energía eléctrica falló en varias partes de la ciudad, siempre hay lecciones nuevas que aprender”, dijo el ministro para Londres, Nick Raynsford.
El ejercicio se llevó a cabo a sólo una semana de que el jefe de la policía de Reino Unido, John Stevens, reveló que ese país enfrenta una alta amenaza de ataques suicidas y que incluso la policía de Londres se encontraba en nivel de alerta máxima.