CANBERRA, (Reuters) - La reaparición de una adolescente desaparecida hace casi cinco años en Australia y que se creía había sido víctima de un asesino en serie, conmocionó al país.
Natasha Ryan desapareció en septiembre de 1998, a los 14 años, al no regresar a su casa en Rockhampton, en el estado de Queensland, en el norte de Australia, tras un día de escuela.
Durante meses, sus padres recientemente divorciados y otros voluntarios buscaron en bosques y ríos cercanos, sin encontrar ninguna señal de la adolescente perdida, a quien su padre apodaba "saltamontes".
Tres años después, Leonard Fraser fue acusado de haber asesinado a la joven, al igual que a otras tres mujeres, y el padre de la muchacha convocó a una misa en memoria de su hija, para darle el último adiós.
Sin embargo, la semana pasada, el fiscal de la Corona, Paul Rutledge, lanzó una bomba durante el juicio contra Fraser.
"Señoría, me complace informar a la corte que Leonard John Fraser no es culpable del asesinato de Natasha Ryan. Natasha Ryan está viva", dijo ante una aturdida corte, mientras Fraser se sentaba, se quitaba las gafas y comenzaba a llorar.
Ryan fue encontrada escondida en una casa alquilada por su novio en el tiempo de su desaparición, un lechero de 27 años llamado Scott Black, después que se conoció su paradero a través de una nota anónima probablemente escrita por la misma Ryan. La casa estaba a sólo dos kilómetros de la casa de su madre.
La búsqueda en casa de Black puso fin a un aislamiento autoimpuesta de cinco años, durante los cuales Ryan sólo salió algunas veces, y solía esconderse dentro de un armario por espacios de hasta seis horas cuando llegaban visitas.
La adolescente enamorada del lechero dijo a la policía que había permanecido escondida porque "la mentira se había hecho muy grande".