EL PAÍS
LONDRES, INGLATERRA.- Tras semanas de negociación, el probritánico Partido Unionista del Ulster (protestante) y el partido republicano Sinn Fein (católico), aliado del Ejército Republicano Irlandés (ERI), acordaron reinstaurar lo antes posible el gobierno autónomo compartido. El Gobierno británico desbloqueo la situación en la conflictiva provincia de Ulster al convocar elecciones para el 26 de noviembre. Londres abría así el camino para restaurar la autonomía en Irlanda del Norte, suspendida hace un año. La noticia ha tenido un efecto inmediato en el Ejército Republicano Irlandés (ERI), que ha procedido a destruir parte de su arsenal, el tercer desarme que llevan a cabo los terroristas en los últimos tres años.
La jefatura del Ejército Republicano Irlandés respondió de inmediato al anuncio de las elecciones declarando que había destruido una nueva parte de su arsenal ilegal.
“El liderazgo del Oglaigh na hEireann (el ERI) puede confirmar que se ha llevado a cabo otro acto de colocar las armas fuera de uso”, dijo un comunicado firmado por “P O’Neill”, el nombre utilizado tradicionalmente por el ERI en sus declaraciones.
Desde Belfast, el general canadiense John de Chastelain, presidente de la comisión encargada de vigilar los actos de entrega de armas por parte del ERI desde el Acuerdo de Viernes Santo (1998) ha confirmado la eliminación de “distintos tipos de armas, explosivos y municiones”. También ha transmitido su optimismo al asegurar rotundo que el desarme ha sido “considerablemente más importante” que los dos anteriores.
Los golpes a las esperanzas de paz ha venido del lado unionista. Su líder, David Trimble, ha restado valor al nuevo desarme del ERI, que ha calificado de poco transparente, por lo que “deja en suspenso” la prevista secuencia de acontecimientos destinada a devolver la autonomía al Ulster. No obstante, Trimble se reunirá con los miembros de su partido para examinar lo que ha calificado como “el fracaso” de la comisión internacional de desarme para “crear la confianza necesaria” en el proceso de paz.
En cambio, como era de esperar, la decisión de los terroristas ha recibido el apoyo sin fisuras del Sinn Fein, el brazo político del ERI. Su líder, Gerry Adams, ha asegurado que su formación “se opone al uso de cualquier tipo de fuerza” y que continúa intacto su compromiso con los acuerdos de Viernes Santo. Adams ha recordado, además, que en este proceso tanto los católicos como los republicanos deben trabajar de forma colectiva. “Los unionistas tienen que tener confianza con los republicanos [...] que continuamos apostando por crear una sociedad estable, que tenga unas instituciones políticas sostenibles”.
Londres suspendió las instituciones semiautónomas de Irlanda del Norte en octubre de 2002. Los unionistas protestantes renunciaron a seguir compartiendo el poder con los republicanos después de que un miembro de Sinn Fein fuese acusado de espionaje político en favor del ERI. El Gobierno británico decidió este año cancelar dos veces las elecciones en la provincia por la falta de confianza entre los partidos norirlandeses para impulsar el proceso de paz.
El anuncio de las elecciones es interpretado como el resultado de unas negociaciones muy intensas entre todos los partidos de la provincia en los últimos meses, especialmente entre el Partido Unionista del Ulster (UUP), que lidera el ex ministro principal David Trimble, y Gerry Adams. Anoche, católicos y protestantes llegaron a un acuerdo para la reinstauración de la Asamblea de Irlanda del Norte.
Trimble y Adams participaron ayer en una reunión con el primer ministro británico Tony Blair y su colega irlandés, Bertie Ahern celebrada en Londres para impulsar el proceso de paz. En donde ambos reconocieron que las dudas expresadas por los unionistas al desarme llevado a cabo ayer por el ERI, el más importante hasta la fecha, dejan en suspenso el relanzamiento del proceso de paz en Irlanda del Norte. En una escueta rueda de prensa conjunta en el castillo de Hillsborogh, el mandatario británico ha admitido que “va a llevar tiempo” resolver lo ocurrido, que ha calificado como un “problema no previsto en el último momento”.
“Estamos muy, muy cerca de lo que podía ser un día histórico para el Ulster”, ha añadido.