14 octubre 2003
México, (EFE).- El gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, rechazó las recomendaciones que dio el hombre más rico de Latinoamérica, el magnate mexicano Carlos Slim, para reactivar la economía de esta nación.
Al participar en una reunión de hombres de negocios de 20 países, que se realiza en Boca del Río, en el estado de Veracruz (Golfo de México), Ortiz defendió el lunes por la noche el sistema de flotación del tipo de cambio.
Además, advirtió que en el actual régimen, la depreciación del peso dejó de ser una apuesta segura para los exportadores, como era antes con el tipo de cambio "fijo o semifijo".
Señaló que en esa época "existía una vinculación muy estrecha entre la inflación y el tipo de cambio", porque éste se movía sólo hacia la depreciación.
Tras la crisis económica de 1995, el tipo de cambio fluctúa al alza y a la baja, de manera que "la depreciación ya no es una apuesta segura", dijo el gobernador del Banco Central.
"Este menor traspaso inflacionario de las fluctuaciones cambiarias permite que el régimen de flotación funcione mucho mejor, como un mecanismo de absorción de choques, ajustando los precios relativos sin impactar el nivel general de los precios", explicó.
Un día antes, Slim, dueño de la telefónica Telmex y del principal consorcio empresarial del país (el Grupo Carso), criticó en este mismo foro la política económica del Gobierno de Vicente Fox.
El millonario propuso reducir las "excesivas y costosas" reservas a través del pago de la deuda pública, regular la entrada de capitales especulativos, mantener un tipo de cambio devaluado que beneficie a las exportaciones y ser más cuidadoso a la hora de firmar tratados de libre comercio.
Además, rechazó el manejo de tasas de interés bajas que son utilizadas para financiar el desarrollo y planteó que una inflación mayor en uno o dos puntos a la meta fijada por el emisor (de 3 por ciento para este año) "no es grave".
Al respecto, Ortiz puntualizó que en los últimos 50 años, en las etapas de inflación de menos de un dígito, "el crecimiento económico fue en promedio de más del doble que en los años en que los precios aumentaron anualmente por encima de esta cifra", mientras que los salarios reales aumentaron en un 4 por ciento.
"Es cierto que a corto plazo se puede presentar esta disyuntiva entre inflación y crecimiento, pero pocos piensan que a lo largo del tiempo se pueda crecer más deprisa si se está dispuesto a aceptar mayor inflación", indicó.
Además, el gobernador del instituto emisor aseguró que las bajas tasas de interés sí han propiciado la reactivación del crédito bancario y el mantenimiento de los niveles de consumo de la población.
En ese sentido, Ortiz estimó que el principal reto de la política monetaria mexicana es consolidar la estabilidad de precios para construir condiciones que favorezcan el crecimiento.
"Aumentar la competitividad y la productividad requiere de una economía flexible que se adapte con mayor facilidad a las cambiantes condiciones de la economía mundial", recalcó.
El gobernador insistió en la búsqueda de acuerdos políticos que permitan al país reaccionar con habilidad a estos cambios y "llevar a cabo en forma decidida la agenda de reformas estructurales".
Los cambios pendientes que los analistas y empresarios consideran fundamentales para reactivar el país se refieren al ámbito fiscal, laboral, energético y de la estructura del Estado.
El secretario de Hacienda, Francisco Gil, insistió en la necesidad de una reforma fiscal que simplifique los impuestos, reduzca las tasas y amplíe la base de recaudación.
Señaló que la actual tasa de evasión de los impuestos al Valor Agregado (IVA) y Sobre la Renta (ISR), los más importantes para los ingresos fiscales después del petróleo, alcanza al 56,2 por ciento.
Y advirtió de que si la reforma fiscal no se aprueba en el Congreso, el próximo año el Gobierno deberá reducir drásticamente el gasto y las asignaciones a los estados.