Reuters
GINEBRA, SUIZA.- El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, dijo ayer que el consenso sobre el futuro de Iraq entre los cinco países más poderosos del mundo ?es esencial y posible?.
Junto a Annan, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, dijo luego de una reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de las cinco potencias mundiales, que el encuentro de ayer en Ginebra señaló el camino para futuras conversaciones en Nueva York la próxima semana.
Los países que intervinieron en la reunión son Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia y China.
Powell dijo que las conversaciones mostraron que hay ?muchos puntos de convergencia?, aunque admitió que hay dificultades que deben trabajarse.
Con las fuerzas estadounidenses en Iraq sufriendo ataques casi a diario y el coste de la ocupación en aumento, Washington considera una nueva resolución de la ONU como una forma de atraer a otros países a aportar dinero y tropas.
El ministro de Relaciones Exteriores francés, Dominique de Villepin, dice que París quiere un texto que otorgue poderes ejecutivos a los iraquíes, tan pronto como dentro de un mes, y permita la celebración de elecciones la próxima primavera.
Estados Unidos dice que la propuesta francesa es una receta para el caos en Iraq, donde el Consejo de Gobierno tiene escasa autoridad.
Antes, Powell había dicho que la propuesta de Francia era ?totalmente irreal?, y que Estados Unidos la rechazaría.
?No puedo prever que aceptemos cualquier lenguaje que apoye lo que el ministro De Villepin ha estado diciendo?, dijo a periodistas de camino a Ginebra el viernes por la noche.
Las enmiendas francoalemanas a la resolución dejarían a un lado a las existentes autoridades de ocupación estadounidenses bajo el diplomático Paul Bremer.
Powell dijo que los estadounidenses tendrían que estar al mando hasta que un nuevo ejército y una policía iraquí tome forma.
Washington, que tiene de hecho el control en Bagdad como la principal potencia ocupante necesita dinero y tropas de otros países, pero dice que no cree que los iraquíes puedan asumir el poder tan pronto como algunos gobiernos europeos -especialmente Francia-, proponen.