SUN-AEE
LAS VEGAS, EU.- Algunos mitos señalan que muchos bailarines strippers son homosexuales. Sin embargo, Nathan Mimor descartó esta teoría y defendió a sus compañeros del espectáculo Chippendale, que hará una temporada en México.
"No, para nada. Yo no lo soy y que sepa tampoco nadie del grupo. Sin embargo, respetamos mucho las preferencias de las personas, y si tenemos público gay que nos admira por nuestro trabajo, se los agradecemos".
Entrevistado en la alberca del hotel Río, donde se llevó a cabo la sesión de fotografía para el calendario de Chippendale 2004, Nathan dejó en claro que uno de los lugares más importantes de la gira que emprenderán es México.
"Nos interesa mucho estar allá; por la ciudad, por el ambiente, y sobre todo por las mujeres. Ya tenemos ganas de ver las diferencias que existen entre las reacciones de las estadounidenses y las mexicanas".
Por su parte, John Rivera señaló que el hecho de participar en un show de este tipo sí representa un sacrificio, y, sobre todo, en el aspecto amoroso, pues las posibilidades de mantener una relación formal se reducen.
"Desde que estoy en el espectáculo, sólo he tenido amigas muy queridas. Lo que pasa es que primero les gusta y entienden tu trabajo; sin embargo, cuando empiezas a salir con ellas te piden que lo dejes y que sólo te dediques a la relación, lo cual es muy difícil y hasta cierto punto imposible en este momento".
El joven de origen puertorriqueño dijo que para cuidar su cuerpo, él y sus compañeros dedican dos horas diarias de gimnasio y una dieta fija, de por vida, baja en carbohidratos.
Rivera nació en Nueva York, pero se crió en Puerto Rico y fue después de algunos años que regresó a Estados Unidos cuando lo invitaron a participar en Chippendale.
"Ahora sé que estaré aquí hasta que el cuerpo y la edad me lo permitan. Tengo muy claro que cuando deje de verme bien ya no podré estar en el grupo, porque al final de cuentas es parte de tus elementos de trabajo." Por su parte, Kevin Cornell comentó que durante el tiempo que lleva en el show, las mujeres siempre han sido muy respetuosas con él y sus compañeros, lo que se debe, dijo, "a la calidad y profesionalismo que tenemos. En ningún momento rayamos en lo vulgar".
En su caso, Kevin ingresó a Chippendale gracias a que su madre se lo pidió.
"Hace unos años llegó mi mamá con una tarjeta y me dijo: Tienes que ser chippen’. Es algo muy raro que tu madre te pida que hagas algo así; pero ahora se lo agradezco", concluyó.