Nacional Altagracia Gómez Seguridad México Claudia Sheinbaum

Rechifla para el secretario Usabiaga

SUN-AEE

MÉXICO, DF.- Javier Usabiaga, secretario de Agricultura, tuvo que “aguantar vara” como alguna vez le recomendó el presidente Fox. Apenas llegó al presidium - tarde, por cierto- de la Mesa Desarrollo y Política Social para el Campo, debió soportar una estridente rechifla de poco más de un centenar de campesinos.

Las paredes del viejo Palacio de Lecumberri hicieron eco del estruendoso sonido. El funcionario aguantó.

Minutos después, en plena ceremonia de apertura de la mesa que presidía la secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, Usabiaga testificó los reclamos airados de Juan Mucharrás, hombre uniformado al estilo militar, que interrumpió el momento de los discursos oficiales para criticar los magros avances de la política social. También “El Rey del Ajo” aguantó.

Usabiaga no estaba solo. Con él, la secretaria Vázquez Mota y los gobernadores de Hidalgo, Veracruz, Puebla y Jalisco, testificaban la irritación de los muchos que allí estaban.

El mandatario poblano, Melquiades Morales, aprovechó inclusive la oportunidad para traer a sus propios marginados. Los respaldó con el transporte en viaje redondo para que hicieron notar su descontento contra las políticas federales y solicitaran apoyos de empleo y salud.

La sonrisa nerviosa no dejó de acompañar al secretario Usabiaga. Apenas se reponía de la rechifla y del uniformado con logotipos de la Cruz Roja Mexicana en el pecho, cuando Sabina Aguilar, mujer bajita, encapuchada -para demostrar que es zapatista- se acercó al presidium y le entregó un documento a la titular de Sedesol, quien durante su intervención convocó a los campesinos a un nuevo pacto y a trabajar conjuntamente en propuestas y alternativas que les ayuden a mejorar sus condiciones de vida.

Pero fue hasta allí que Usabiaga tuvo paciencia. Y, como el campo, no aguantó más: aprovechó el tumulto de las cámaras y de los reporteros que querían conocer a la misteriosa zapatista y salió apresurado de su lugar en la mesa de honor.

Juan F. Bustamante, de la Central Campesina Independiente, lo interceptó. Usabiaga aguantó otro poco... Cinco minutos más en lo que escuchaba los comentarios del productor sinaloense: “No es mentira que haya hambre en el campo. Hay y mucha, pero ustedes del gobierno no lo quieren aceptar!”.

“Desde hace tiempo estamos pidiendo que se nos haga justicia con nuestras tierras... vea! vea las fechas que tienen los documentos que le entrego! (agosto de 1992). Pero nunca nos hacen caso, ahora nos adherimos al Ejército Zapatista para ver si ahora sí hay resultados! -No se preocupe. Yo aquí lo veo - respondía un secretario de Agricultura ya nervioso.

-Esperamos un cambio real. Y no crea que porque estamos con el zapatismo nos negamos al diálogo y a la paz -le encaró el hombre del campo.

El funcionario recibió los documentos. La prisa no le permitió ver que se trataba de asuntos agrarios y que era un tema fuera de su ámbito. Pidió confianza a su interlocutor y hasta le dio fecha para una plática.

Se dieron un apretón de manos y por fin Usabiaga corrió a refugiarse a una celda del viejo Palacio Negro de Lecumberri, que hoy está convertida en sanitario.S207 SUN/JZC/VGT _Reut 04:

Leer más de Nacional

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nacional

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 20225

elsiglo.mx