26 de noviembre de 2003
Ciudad del Vaticano, (EFE) - El papa Juan Pablo II presentó hoy buen aspecto de salud, dentro de sus limitaciones, durante la audiencia general de los miércoles, en las que se le vio sonreir y afirmar con la voz fuerte que Cristo con su poder puede someter a los enemigos del bien y es el vencedor del mal.
Al igual que en las últimas semanas, el Pontífice no leyó completamente la catequesis preparada, saltándose algunos párrafos.
Los que leyó lo hizo con la voz fuerte y clara, demostrando que su estado de salud se ha estabilizado, después de varios meses en los que había causado alarma a los fieles de todas las partes del mundo.
La audiencia se celebró en el Aula Pablo VI del Vaticano, a la misma asistieron unas 10.000 personas y la catequesis de la misma la dedicó al Salmo 109 "El Mesías, rey y sacerdote".
Juan Pablo II afirmó que este salmo se refiere a la entronización del Elegido (Cristo) a la derecha del Señor, agregando que con el poder del Elegido "se podrá someter a los enemigos del bien y llevar a cabo los designios divinos de salvación".
El Pontífice agregó que Cristo es el vencedor de "todo mal" y mediador "verdaderamente único" para toda la humanidad.
Como ya es habitual, tampoco leyó hoy los resúmenes de la catequesis en diferentes idiomas, como hasta ahora hacia, limitándose a saludar en español, portugués, italiano, inglés, francés, alemán, polaco, croata y húngaro a los fieles procedentes de esas naciones.
En español tuvo palabras de afecto para los fieles de España y América Latina presentes, entre ellos la Estudiantina de Querétaro, en México, y miembros de la parroquia de San Lorenzo y San Andrés, en Murcia, sur de España.
Los mexicanos, ataviados con los típicos trajes de "tunos" y sus capas llenas de escudos cantaron al Papa la famosa "Cielito Lindo", como hicieron durante su primer viaje a México, en 1979, y que desde entonces siempre que ha vuelto al país americano le ha acompañado, convirtiéndose casi en un "himno" de los viajes papales a la gran nación latinoamericana.
Después todos los fieles de habla española le entonaron el ya tradicional "Juan Pablo II te quiere todo el mundo".
Al Papa se le vio relajado, feliz y sonriendo. No dudó, cuando los saludos personales, tomar a un niño en brazos y besarle.
Durante la audiencia también le cantaron los fieles presentes la famosa canción "Pescador de hombres", del español Cesareo Gabarain, que se ha convertido casi en el "himno" del pontificado.
Juan Pablo II ya dijo en varias ocasiones que esta canción le ha acompañado durante su papado, se la cantaron cuando abandonó Cracovia para asumir las riendas de la Iglesia y la ha escuchado desde entonces (1978) en miles de ocasiones.
"Pescador de hombres" forma ya, precisó el pasado año durante su visita a Cracovia (Polonia), parte de su vida.