05 noviembre 2003
Ciudad del Vaticano, (EFE) - El papa Juan Pablo II recibió hoy en el Vaticano al presidente de Rusia, Vladimir Putin, con quien habló a solas durante 30 minutos y coincidió en la necesidad de mejorar las relaciones entre la Santa Sede y el Patriarcado Ortodoxo de Moscú, que acusa a Roma de proselitismo.
Esta ha sido la segunda vez que el Pontífice recibe a Putin en el Vaticano y al igual que la audiencia anterior, el 5 de junio del año 2000, se celebró en la Biblioteca Privada del Papa.
Hoy, al igual que en esa ocasión, Vladimir Putin tampoco ha invitado al Pontífice a visitar Rusia.
No obstante, el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Vallas, aseguró: "El encuentro ha sido muy cordial y ha durado 30 minutos. En el coloquio se examinaron temas de interés mutuo, concretamente los católicos en Rusia y sus estructuras eclesiásticas. Las dos partes han abogado por un desarrollo positivo en el diálogo entre la Santa Sede y el Patriarcado de Moscú".
Juan Pablo II y Putin también analizaron la situación en Oriente Medio y en Iraq, añadieron las fuentes.
El icono de la Virgen de Kazan, muy apreciado por el pueblo ruso y que se encuentra en el Vaticano, presidió la reunión entre ambos y el Papa y Putin besaron la imagen antes de iniciar sus conversaciones.
Juan Pablo II desea entregar este icono al pueblo ruso y, por ello, estaba previsto que en el viaje a Mongolia, que debería haber realizado el pasado agosto, el Papa iba a hacer una escala en Kazan, a 800 kilómetros de Moscú, en la república de Tatarstan, para donarlo a los rusos y al Patriarcado ortodoxo de Moscú.
Con este gesto, el Pontífice conseguía además pisar tierra rusa, uno de sus mayores anhelos y a lo que se opone con firmeza el Patriarca ortodoxo Alejo II.
La ciudad de Kazan está considerada como uno de los lugares símbolo del cristianismo ruso y este icono es uno de sus más preciados tesoros, al que la Iglesia Ortodoxa atribuye numerosos milagros.
El icono que se encuentra en el Vaticano es una "copia oficial" del original, robado en 1904 del Monasterio de las Doncellas de Kazan.
El hecho de que Putín siga sin cursar la invitación al Pontífice para visitar Rusia se debe a las malas relaciones entre el Patriarcado Ortodoxo de Moscú y la Iglesia Católica, que atraviesan uno de sus peores momentos tras la decisión del Vaticano, el año pasado, de reorganizar la estructura de la Iglesia Católica en ese país con la creación de cuatro diócesis.
Para la iglesia ortodoxa rusa un viaje de Juan Pablo II a Moscú no tiene sentido si antes no se han resuelto las difíciles relaciones entre ambas iglesias y si Roma no da garantías de que respetará las áreas de influencia del Patriarcado Ortodoxo de Moscú.
En este área se encuentra, entre otras Ucrania, la ex república soviética donde ambas iglesias se disputan los templos y edificios de la Iglesia Católica de rito Oriental, conocida como "Uniata", que fueron confiscados en 1946 por el régimen comunista y entregados a la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Al término de la audiencia, Putin regaló al Papa un cuadro de la catedral de Cristo Salvador, de Moscú, templo reconstruido tras la caída del régimen comunista, y Juan Pablo II le entregó un icono de Jesús niño.
En la reunión hizo de intérprete el mismo sacerdote polaco que estuvo, en 1989, cuando Mijail Gorbachov visitó el Vaticano.
En paralelo a este encuentro, el Secretario de Estado vaticano, el cardenal Angelo Sodano, el ministro de Exteriores de Rusia, Igor Ivanov, y otros miembros del séquito ruso mantuvieron una reunión.
Putin llegó al Vaticano acompañado de once personas, entre ellas Alexey Kudrin, vicepresidente del Gobierno y ministro de Finanzas; Igor Ivanov, ministro de Asuntos Exteriores; Sergei Prikhodko, vicedirector de la Administración del Presidente de la Federación Rusa; Mijail Shvydkoy, ministro de Cultura, y Vitaly Litvin, embajador de Rusia ante la Santa Sede.
La llegada de la comitiva, integrada por una caravana de 16 automóviles, se realizó en medio de fuertes medidas de seguridad.
Decenas de policías acordaron las calles que llevan a la plaza de San Pedro, en las que durante todo el día no se pudo aparcar y de las que fueron retirados todos los contenedores de basuras y registradas las alcantarillas.