18 octubre 2003
Miami, EU, (EFE).- El ex presidente de Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada emprendió hoy en Miami el camino del exilio, tras renunciar al cargo a raíz de la crisis social desatada por su política neoliberal y pese al respaldo de EU a su gobierno.
Sánchez de Lozada, de 73 años, llegó a una zona restringida del aeropuerto internacional de Miami en la madrugada del sábado y partió destino desconocido y evitando a los periodistas, apenas unas horas después de presentar su renuncia ante el Congreso de Bolivia.
El ex gobernante fue recibido por el cónsul de su país en Miami, Moisés Jarmuse, y procedía de Santa Cruz de la Sierra, desde donde partió en la noche del viernes en un vuelo regular de la compañía Lloyd Aéreo Boliviano (LAB), acompañado de su esposa, Ximena Iturralde, dos hijas y algunos de sus colaboradores.
Fuentes consulares bolivianas en Miami indicaron que no está claro aún si Sánchez de Lozada residirá a partir de ahora en esa ciudad o en algún otro lugar de EU, aunque portavoces de la Embajada indicaron que el ex presidente puede viajar a Washington esta misma noche.
Sánchez de Lozada dimitió tras catorce meses de mandato, durante los cuales intentó sin éxito poner en marcha un programa para la recuperación de la economía y fraguar la venta de gas natural a EU y México para obtener nuevos ingresos para el país, sumido en una grave crisis económica y social.
El ex gobernante, quien consideró en su carta de denuncia al Congreso que la crisis que desató su salida del poder constituye un "funesto precedente para la democracia", recibió nada más llegar a Estados Unidos los elogios de Washington a su gestión política y las lamentaciones por el precipitado fin del mandato.
El Departamento de Estado lamentó en un comunicado la dimisión de Sánchez de Lozada y pidió al pueblo boliviano que frene la "polarización política" y fortalezca la democracia.
"Lamentamos las circunstancias, incluso la pérdida de vidas, que condujo a la dimisión del presidente Sánchez de Lozada y elogiamos su compromiso con la democracia y el bienestar de su país", indicó.
Agregó que "los sucesos de esta semana subrayan la necesidad de que los bolivianos trabajen juntos para fortalecer las instituciones democráticas a través de un diálogo pacífico y medios constitucionales".
Sánchez de Lozada, que ganó la presidencia en el Congreso al candidato indígena Evo Morales, ha sido en sus dos mandatos (1993-97 y 2002-2003) un aliado natural de Washington, tanto por su formación como por sus vínculos con empresas multinacionales estadounidenses.
Morales, uno de los cabecillas de la revuelta popular que acabó con su mandato, ha sido durante estos dos años el principal opositor al plan de exportar gas natural a EU y México y a la política neoliberal desarrollada por Sánchez de Lozada, un hombre educado en Estados Unidos y al que la oposición siempre le criticó su acento "gringo" al hablar en público en español.
Washington se mostró hoy dispuesto, junto a otros miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) y en el marco de la Carta Democrática Interamericana, para "asistir al pueblo boliviano y su Gobierno mientras asumen la tarea de reparar sus instituciones nacionales".
Precisamente el secretario general de la OEA, César Gaviria, expresó el viernes el "firme y decidido respaldo" al nuevo gobierno presidido por Carlos Mesa.
Gaviria destacó que el Congreso de Bolivia "ha demostrado su compromiso con el pueblo y con el país", e instó al pueblo boliviano a "recuperar la tranquilidad pública y buscar soluciones consensuadas a sus complejas realidades políticas y sociales".
Estados Unidos anunció el viernes que enviará a La Paz a un "pequeño grupo de asesores militares" del Comando Sur, para evaluar la situación sobre el terreno y "hacer recomendaciones sobre un plan de acción".
Fuentes diplomáticas bolivianas dijeron a EFE en La Paz que lo que más le preocupa a EU con relación al país andino es la suspensión de los programas de erradicación de cultivos de coca y no tanto la cancelación del programa de exportación de gas natural.