27 noviembre 2003
Ciudad del Vaticano, (EFE) - Juan Pablo II recibió hoy en el Vaticano al Dalai Lama, en una "breve visita de cortesía, de contenido exclusivamente religioso", según informó el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls.
Navarro no informó del tiempo que duró la audiencia, a la que no asistió la prensa, ni del lugar donde se celebró, presumiblemente la Biblioteca privada del Papa, donde antes Juan Pablo II recibió al presidente de Bulgaria, Georgi Parnavov, y a un grupo de obispos franceses en visita "ad limina" (la que hacen los prelados del mundo cada cinco años al Pontífice).
El Dalai Lama, Tensing Gyatsob, dijo tras abandonar el Vaticano que había expresado al Papa su "admiración" por su lucha por la paz.
"He expresado a Juan Pablo II mi admiración por lo que ha hecho por la paz y por la armonía religiosa en el mundo", afirmó el líder religioso tibetano, que subrayó que en el encuentro había encontrado "mucha sabiduría y mucha simpatía".
La visita del Dalai Lama al Papa estuvo rodeada de misterio hasta el último minuto. Aunque se sabía que Juan Pablo II lo recibiría a las 11.30 horas local, el Vaticano no la anunció y no la incluyó en el boletín en el que informó de las audiencias celebradas hoy por el Obispo de Roma.
A las 13 horas local, Navarro hizo pública una escueta declaración en la que sólo se decía: "Se ha tratado de una breve visita de cortesía, de contenido exclusivamente religioso".
Fuentes cercanas al Vaticano afirmaron que no es la primera vez que sucede un hecho similar con el Dalai Lama, precisando que el encuentro que mantuvieron el 20 de mayo de 1996 tampoco fue anunciado por el Vaticano, que después aclaró en una nota que se había tratado de una cita de marcado carácter religioso, como hoy.
El Vaticano, según las mismas fuentes, pretende evitar así nuevos "roces" con China (el Dalai Lama tuvo que abandonar el Tíbet después de que este territorio fuera invadido en 1959 por el Ejército chino) y resaltar que el único carácter de los encuentros es exclusivamente religioso.
De todas maneras, el Papa se ha reunido en sus 25 años de pontificado con el Dalai Lama en ocho ocasiones.
Las relaciones entre Pekín y la Santa Sede no son buenas. Recientemente el Gobierno chino ordenó el cierre de 125 lugares de culto en la provincia meridional de Jiangsu, dentro de la campaña de represión de cristianos no adscritos a la Iglesia Patriótica China, sometida al Partido Comunista de China.
Esa medida se ha producido dos meses después de que visitara Pekín el cardenal de Washington Theodore McCarrick, el primer purpurado católico que pisaba China desde el año 2000, cuando las relaciones se enfriaron más que nunca debido a la canonización por parte del Papa de 120 mártires chinos, considerados, sin embargo, por Pekín como "traidores a la patria".
McCarrick volvió de Pekín (la visita fue a principio del pasado mes de agosto) entre promesas de una mayor tolerancia religiosa, según fuentes religiosas y de la prensa local.
El Vaticano y China rompieron relaciones en 1957, después de que el papa Pío XII excomulgara a dos obispos designados por el Gobierno de Pekín y se expulsara al nuncio apostólico acreditado por el Gobierno nacionalista de Chiang Kai Shek, que se estableció en la isla de Taiwán.
Un año antes, en 1956, el presidente comunista chino Mao Zedong había creado la Iglesia Patriótica, subordinada al control del Estado.
En China existen actualmente unos doce millones de católicos, repartidos entre la Iglesia Patriótica y la Iglesia Católica clandestina, perseguida por el poder y que reconoce al Papa como su guía.
Pekín ha dicho en numerosas ocasiones que no reanudará las relaciones diplomáticas y mantendrá el veto a Juan Pablo II para visitar China hasta tanto el Vaticano no rompa relaciones con Taiwán.