TORREÓN, COAH.- Faltando dos minutos para las doce de la noche, inició la cuenta regresiva. Las casi mil personas que acudieron a un elegante club para recibir el año nuevo levantaron sus copas y brindaron; frente a ellos se encontraba uno de los pianistas más reconocidos del continente... Raúl DiBlasio.
De nueva cuenta visitó la Comarca Lagunera el orgullo de Argentina, Raúl DiBlasio. En esta ocasión no hubo un teatro de por medio ni una gira de promoción, sino la oportunidad de compartir con la gente local las primeras horas del 2003.
Los smokings y vestidos largos en colores blanco y negro fueron los atuendos obligados. El ambiente era perfecto para que saliera al escenario el músico, a quien esperaban ansiosamente.
En punto de las 10:45 de la noche la iluminación bajó su intensidad; un hombre de espeso bigote y cola de caballo se adueñó del piano blanco elegido para la ocasión: las notas musicales empezaron a fluir.
Ante el aplauso de los centenares de personas que allí se encontraban, “El piano de América” interpretó sus temas más conocidos así como las canciones que han sido todo un éxito en voz de otros artistas. “Jamás imaginé que en la Comarca Lagunera iba a culminar el año 2002, lugar donde hay gente trabajadora y a la que quiero con todo mi corazón”, expresó en la primera oportunidad que tuvo.
Piano fue el primer tema de la noche, la gente quedó asombrada con el dominio que el artista demostró tener sobre el instrumento. Parecía que sus dedos se movían sin que él lo pidiera. Además de la especial ocasión, los globos y relojes que adornaban el sitio hicieron más lucidor el evento. La velada del 31 el frío no entró al elegante salón, todo fue calor humano y bienaventuranzas.
“¿Están a gusto?”, preguntó, aprovechando el momento para presentar a sus músicos.
El repertorio continuó; hubo canciones para todos los gustos, desde las más románticas hasta las más alegres. El Día que me Quieras, Solamente Una Vez, Como yo te Amé, Serenata Huasteca, Corazón de Niña, Rosalinda y Adoro fueron sólo algunos de los temas que interpretó.
Todo iba viento en popa, la gente estaba metida de lleno en la presentación del músico, pero fue en la cuarta canción cuando desató los aplausos de la concurrencia con La Bikina.
El público ayudaba al músico cantando cada uno de los temas, pero este –como buen anfitrión- les daba las instrucciones de cuando era el momento ideal para entrar a cantar. Hubo un momento en que el artista le pidió a la gente que cantara una estrofa de La Bikina, pero la reacción no fue lo que esperaba, entonces se levantó de su lugar y otra vez les volvió a pedir que lo hicieran con más ganas.
Pero lo mejor de la noche estaba por llegar. Antes de terminar su actuación, Raúl DiBlasio invitó a unos músicos para tocar con bongos; él –con gran ritmo- dejó instantáneamente el piano y se dirigió a ellos para interpretar El Capullito de Alhelí y Flor de la Canela. Finalmente regresó al piano y tocó Hasta que te Conocí, provocando que algunas personas levantaran las servilletas.
Dieron las 12 de la noche, brindó y festejó con toda la gente, posteriormente se despidió diciendo “Gracias Torreón, gracias por esta invitación”.
“Sencillito y carsmático”
Di Blasio nació el 14 de noviembre de 1949 en la sureña provincia argentina de Neuquén, según dijo. Desde pequeño, Di Blasio mostró vocación por el piano, por lo que sus padres se preocuparon de que aprendiera a temprana edad a tocar el complejo instrumento en la mejor forma posible.
De su Argentina natal, Di Blasio salió a buscar nuevos horizontes internacionales, estableciéndose en Chile, donde encontró trabajo sin problemas frente al teclado en el hotel Carrera de Santiago y conoció a mucha gente. Después de alcanzar fama en Chile, Di Blasio decidió seguir más al norte y ancló en Miami, donde vive actualmente, agregando a sus virtudes como pianista un espectáculo con orquesta, ballet y humor que lo hizo destacarse en el medio local.
Al ritmo de piano
Raúl DiBlasio no supo decir si su talento ha sido reconocido en América Latina, pero lo que sí pudo afirmar fue que su tesón y trabajo sí.
-Inicio: 10:45 de la noche
-Duración: 1 hora con 15 minutos
- Músicos: cuatro
-El detalle: al interpretar Corazón de Niño, melodía que dedicó a su hijo Estéfano.
-La más pedida: Penélope
-Lo chusco: Que entre broma y broma corregía a la gente para que entraran a tiempo a cantar las canciones.
-Interpretaciones: Más de 20.
-Sus propósitos de año nuevo: Darle un nuevo impulso a su carrera, grabar otro disco a mediados de año y tener mucha salud es lo que desea este argentino para el 2003; todo esto tratará de conseguirlo basado en la fe, la esperanza y la certeza de que lo que está haciendo es lo que le gusta.
FUENTE: El Siglo de Torreón.
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Ser popular tiene su precio
Su piano lo esperaba, pasaría el último día del año en esta ciudad, únicamente acompañado por su música y los laguneros. “Uno siempre quiere estar rodeado de la familia y los seres queridos, pero la música y el piano son mi profesión”, aseguró Raúl DiBlasio antes de comenzar el concierto.
Un elegante salón sirvió para hacer la entrevista; él –ataviado con traje negro y camisa azul cielo- confesó a reporteros de El Siglo que uno de los problemas que le ha traído la fama es la soledad, esa en la que muchas veces no quiere vivir.
“Sacrifico muchos momentos, este por ejemplo; también el no ver crecer a mi hijo, poder tener un hogar o formar una familia, son muchas cosas...”
-¿Lo que hace con sus manos son cosas buenas o malas? “Espero que lo que hago con las manos, más allá de lo que realizo con el piano, sean cosas positivas”.
-¿Sus manos son la parte de su cuerpo que más le gusta? “La parte que más me gusta de mi cuerpo creo que es el corazón; es el que siente, el que ordena y el que impulsa”.
Raul DiBlasio es considerado uno de los pianistas más importantes del continente americano; ha tenido oportunidad de acompañar a importantes intérpretes como Rocío Dúrcal, El Consorcio y El Puma, entre otros. Su inigualable estilo al ejecutar su instrumento, ha sido grabado en varios materiales discográficos, el más reciente dedicado a los tangos.
-¿Se considera “El piano de América”? “No, yo creo que es un título, un nombre que se fue solidificando con el paso del tiempo, y así se quedó. No me molesta, pero tampoco me siento El piano de América. Creo que es un slogan, siento que soy un pianista que representa a muchos pianistas de América Latina”.
Estéfano es el único hijo del músico; es pequeño pero también muy inquieto y con talento artístico en la sangre. Actualmente toma clases de piano con un maestro particular.
-¿No le basta con la enseñanza de su padre? “Él está estudiando música en general y me consulta muchas cosas, pero es un niño muy independiente y con mucha creatividad”.
Faltaba poco tiempo para que iniciara su actuación; por momentos su actitud era cortante, pero trataba de no perder la amabilidad.
-¿Es difícil ser músico? “Es difícil ser músico. Hay que mantener la capacidad, la técnica y la habilidad, y esas tres combinarlas con los viajes y con la promoción. Estos factores implican el éxito o la popularidad”.