Durango

Recibió el báculo nuevo arzobispo de Durango monseñor Héctor González Martínez

Después de recibir de parte del nuncio apostólico, Giuseppe Bertello, el báculo como signo de su condición de VIII Arzobispo, monseñor Héctor González Martínez formuló un mensaje de reconciliación a la Iglesia de Durango al pedir perdón a sus antecesores, José Trinidad Medel Pérez y Antonio López Aviña, “por los sufrimientos físicos y morales que padecieron” durante sus periodos como pastores de la Arquidiócesis.

El llamado a la reconciliación que vertió el nuevo titular del gobierno de la Arquidiócesis más grande del país fue atestiguado por el cardenal Norberto Rivera, líder moral de la Iglesia local, a quien monseñor González Martínez calificó como “gran amigo, compañero de toda la vida y hermano en el Episcopado”; de los obispos originarios de la Arquidiócesis: Rafael Barraza, de Mazatlán; Andrés Corral, de Parral; Manuel Mireles Vaquera, de El Salto, PN, y de Juan de Dios Caballero Reyes, quien fue ratificado ayer como Obispo Auxiliar.

En una de las partes más emotivas de la misa concelebrada, el nuevo prelado reconoció la obra pastoral de su antecesor José Trinidad Medel Pérez, a quien dijo: “Cualquiera que sea la razón de tu sufrimiento, en nombre de esta Iglesia a la que serviste y que ahora presido, te pido perdón”, mensaje que caló profundamente en el ánimo del Arzobispo Emérito, quien, puesto de pie, escuchó la petición al borde de las lágrimas.

Después el nuevo Arzobispo se dirigió a monseñor Antonio López Aviña, a quien recordó que hoy las circunstancias invierten las cosas, y “ahora me toca hacer de guía y padre a quien me Ordenó subdiácono, diácono, presbítero y obispo. Si también ha sufrido, cristiana y eclesialmente me es inexplicable; en nombre de la Arquidiócesis también le pido perdón’’, dijo don Héctor ante el rostro inescrutable, inmutable, del arzobispo emérito López Aviña.

Pero no sólo los dignatarios de la Iglesia atestiguaron la solicitud de perdón que formuló el ahora arzobispo González Martínez, sino la totalidad del Presbiterio, religiosas, religiosos y cientos de laicos que acudieron a la Catedral a participar en la misa concelebrada de toma de posesión de don Héctor, que reunió a poco más de 20 arzobispos y obispos de la Conferencia Episcopal Mexicana.

El acto litúrgico de unción del VIII Arzobispo congregó a los gobernadores de Durango, Zacatecas y Oaxaca: Ángel Sergio Guerrero Mier, Ricardo Monreal Ávila y José Murat, respectivamente, quienes en su calidad de invitados especiales fueron testigos mudos del mensaje de reconciliación que pronunció monseñor Héctor González ante la Iglesia local.

También el cardenal Norberto Rivera Carrera derramó otro mensaje de reconciliación, pero ahora los destinatarios fueron los gobernadores Guerrero Mier y Monreal Ávila, quienes mantienen profundas diferencias por el litigio agrario del Ejido Bernalejo.

El Arzobispo Primado de la Arquidiócesis de México hizo votos por que el capítulo de Bernalejo se resuelva conforme a la justicia, e instó a las partes en conflicto a realizar esfuerzos por evitar enfrentamientos.

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