Diez países, entre ellos Estados Unidos, y China se opusieron a la resolución/ Votaciones europeas apoyan la propuesta.
Reuters
GINEBRA, SUIZA.- El ente principal de las Naciones Unidas para los derechos humanos respaldó ayer un llamado para que se suspenda la pena de muerte, ignorando las objeciones de algunos países, como Estados Unidos y China.
La resolución, introducida por la Unión Europea, representa el séptimo año consecutivo en que la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas insta a los países a decretar una moratoria en la pena capital en camino hacia su abolición.
El texto urge específicamente a los países que mantienen la pena de muerte a no imponerla para castigar delitos cometidos por jóvenes menores de 18 años, mujeres embarazadas o gente que sufre de problemas mentales.
Estados Unidos y otros nueve países —entre ellos China, Arabia Saudita, Libia y Siria— se opusieron a la resolución.
La votación en la comisión de 53 estados, que celebra su sesión anual en Ginebra, fue de 24 a favor, 18 en contra y diez abstenciones.
La mayoría de los votos a favor de que se suspenda la pena de muerta provino de países de Europa y América Latina, mientras que Rusia respaldó el proyecto por segundo año consecutivo.
Estados Unidos dijo en una declaración que se oponía a la resolución porque cada país debe ser libre de decidir si aplica o retira la pena de muerte.
"La ley internacional no prohíbe la pena de muerte cuando se respetan las salvaguardas al debido proceso y cuando la pena capital es aplicada únicamente en los delitos más serios", dijo la declaración.
Condenan a Cuba
Mientras tanto, Estados Unidos dijo que examina formas para endurecer aún más su política hacia Cuba en respuesta a la campaña para suprimir la disidencia, que resultó en el arresto de 75 personas, incluyendo la ejecución de tres acusados de secuestro.
"Creo que la balanza se ha derrumbado ante los ojos de muchos", dijo un funcionario de la administración del presidente George W. Bush citado ayer por el periódico The Washington Post, según el cual hasta el momento no existen propuestas concretas.
Sin embargo, otros funcionarios indicaron que una de las medidas más radicales podría ser la suspensión del acuerdo migratorio negociado entre ambos países en 1994, tras al puente marítimo de Mariel, cuando miles de cubanos salieron de la isla.