POR CECILIA AGUILAR ACUÑA
El Siglo de Torreón
MATAMOROS, COAH.- A sus 17 años ha recorrido casi toda la República Mexicana vendiendo frutas propias de los Estados que visita. Sergio Robles es de Querétaro y a principios de julio llegó a la Comarca Lagunera para vender cocos frescos y tunas en los cruceros principales de esta ciudad.
Es un muchacho que demuestra una edad mayor. Quizá es por su comportamiento, un tanto receloso y precavido al hablar. “Es que nosotros nada más venimos a trabajar y no queremos tener problemas con nadie”.
Mientras instalaba el puesto, donde ya estaba colocada una serie de cocos en hileras, Sergio se negaba a entablar una conversación, pues argumentaba que no quería que nadie supiera de él o de lo que hace.
¿Por qué?, se le cuestionó. “Por nada malo, solamente por seguridad, pues a algunos los han matado. Por eso es peligroso, más cuando nos toca instalarnos en las carreteras”.
A ratos parecía que el muchacho accedería con mayor confianza a contestar lo que se le preguntaba. Pero pese a que nunca abandonó su postura recelosa, dejó conocer que es su papá –no proporcionó el nombre- quien contrata a una flotilla de muchachos allá en Querétaro y bajo la consigna de un salario diario de 80 pesos con hospedaje y comida incluidos, acceden a trabajar durante los meses de julio, agosto, hasta mediados de septiembre.
¿Qué no hay trabajo en Querétaro? ¿También hay mucho desempleo?
“En Querétaro hay mucho trabajo. Hay un Parque Industrial donde gringos y chinos instalaron muchas industrias. Inclusive, por esa razón muchas personas dejaron el comercio y están desempeñan-do un empleo en esos lugares... todo por buscar un ingreso fijo y seguro”.
Desde hace seis años, Sergio apoya a su papá en la venta de frutas de temporada. En Matamoros y en Francisco I. Madero cinco puestos están distribuidos estratégicamente en diferentes puntos de ambas ciudades. Pero afirma que cuando algún día se case, ya no viajará más y que buscará trabajo en alguna de las muchas empresas que hay en su ciudad, “es que la unión de la familia es muy importante, así pensamos los sureños”.
Son muchos los problemas a los que se enfrentan. Desde establecer treguas con borrachos, clientes pesados y hasta uno que otro tramposo, es parte de la actividad diaria. Pero el principal obstáculo o freno, “es el conseguir el permiso, ya que las autoridades municipales son difíciles; por ejemplo, este puesto lo tengo que reubicar, pues aquí ya no puedo estar porque son terrenos federales”.
Y es que el local –una mesa amplia y una especie de lona roja para protegerse de los rayos del sol, conforman el puesto- durante varios días lo estuvo colocando en frente del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
“Dizque son terrenos federales, por eso no puedo estar más aquí. Siempre es así, puede ser un lugar indistinto, pero siempre ellos –Departamento de Plazas y Mercados- pedirán que nos reubiquemos... y eso que por el permiso les pagamos diariamente 25 pesos...”.
Crítica constructiva...
Sergio Robles dice a manera de “crítica constructiva” que de los Estados de la República que ha visitado, la Comarca Lagunera es una de las regiones más sucias de México.
· En la región ha observado que existen muchas áreas que huelen mal porque por todos lados hay basura: “En Querétaro el gobierno se preocupó por instalar contenedores en todo el centro. Las industrias están ubicadas a la orilla de la ciudad y los desechos son depositados en rellenos sanitarios alejados a kilómetros de la población.
· Los vendedores ambulantes de frutas y comidas aquí no portan equipo de protección. “Cuando estamos en Hidalgo, nosotros tenemos que colocarnos mandil, cofia y guantes. Es obligación de tomar la fruta con pinzas”.
· A diferencia de la Comarca Lagunera en los otros Estados de la República batallan menos en la cuestión de los permisos.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón