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BAGDAD, IRAQ.- El máximo líder shiita de Iraq, el Ayatolá Mohammed Baqir al Hakim, fue recordado ayer por unos 50 mil fieles con una peregrinación a la mezquita de la sureña ciudad santa de Nayaf, donde murió en un atentado el pasado 29 de agosto.
Un coche bomba estalló ese día al término de los tradicionales rezos musulmanes del viernes en el mausoleo de Ali, en Nayaf, a unos 170 kilómetros al sur de la capital iraquí, causando la muerte de al-Hakim y de otras 74 personas, así como unos 140 heridos.
Ayer día de las tradicionales oraciones, unos 50 mil fieles shiitas se congregaron en Nayaf y peregrinaron hacia la mezquita, al grito de promesas de apoyo a Al Hakim y consignas contra el derrocado régimen del líder iraquí Saddam Hussein.
Los musulmanes shiitas golpearon su pecho en un gesto tradicional de tristeza en una ceremonia en la mezquita, que formó parte de una serie de eventos previos a la conmemoración de los 40 días de la muerte de Al Hakim.
En el exterior del lugar ondeaban banderas negras de luto, mientras la brigada Badr -milicia armada de la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica en Iraq (ASRII)- y tropas de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) vigilaban a fin de evitar disturbios.
La marcha hacia la mezquita, una de las más sagradas de los musulmanes shiitas, estuvo encabezada por Abelaziz al Hakim, hermano del clérigo fallecido quien pasó 23 años en el exilio en Irán antes de regresar a Iraq en mayo pasado.
Abdelaziz al Hakim criticó la presencia en Iraq de las tropas estadounidenses y su fallido intento por lograr la paz y estabilidad en ese país.
Mientras el líder de la UPK y miembro del Consejo de Gobierno iraquí, Jalal Talabani, describió la muerte de Al Hakim como “un desastre nacional para Iraq y los musulmanes”.
Al Hakim, de 63 años de edad, era líder de la ASRII y miembro de una de las familias de mayor respeto en Iraq, y su exilio se debió a su dura oposición al régimen de Hussein.
El ataque en el que murió ha sido uno de los de mayor gravedad en la serie de acciones contra la presencia estadounidense y de sus aliados en Iraq, tanto por el número de muertos y heridos, como por haber quitado la vida a un principal líder musulmán.