El mercado de Gómez Palacio encierra en sus paredes parte de la historia de este municipio y sus fundadores
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Julio Trigo Márquez tiene 75 años de edad y 50 como locatario del mercado municipal “José Ramón Valdez”. Antes de la construcción de éste, en 1950, él ya trabajaba en el antiguo edificio.
“En el primer mercado, que se llamaba Baca Otriz, yo andaba haciendo mandados con todos los muchachillos... a la señora Ávila siempre nos la peleábamos para cargar sus canastones porque nos daba 5 centavos” cuenta con su voz ya temblorosa. Con ese dinero compraba paletas, semillas, membrillos, carbonato “pal membrillo...cosas antiguas”, dice.
Sus ojos claros no miran al futuro, retroceden más de medio siglo antes de decir: “yo estudié aquí en la Bruno Martínez, después en la 18 de marzo, luego nos fuimos a México a estudiar”.
Con la sonrisa dibujada debajo de su blanco bigote, Julio Trigo confiesa que vio frustrados sus aspiraciones de recibirse como licenciado en la capital “porque se me atravesó mi señora... yo fui uno de los dos muchachos que no se recibieron de los 75” de su generación.
El mercado Baca Ortiz de Domínguez fue inaugurado el 1º de diciembre de 1901 y fue construido por el ingeniero Kissinger con un costo de 40 mil pesos, conseguidos por una sociedad que formó el señor Jesús Vargas.
De acuerdo a la descripción que Trigo Márquez hace, el Baca Ortiz tenía unas bardas de casi nueve metros de altura, y a más de dos metros existían unos barandales alrededor “bien forjados de hierro, las puertas eran de pura varilla, pero gruesa de más de cuatro pulgadas y cuatro metros de ancho, dos metros cada hoja, por ocho de altura”. El piso era de losa y en el centro había una noria que surtía de agua potable a los locales. “Antes el agua aquí estaba a metro y medio”. Hoy, encima de ese pozo existe un comercio.
Este mercado se incendió en el año 1947. “Lo quemaron” corrige Julio, “porque estaban obligando a los locatarios a que se salieran, para hacer uno nuevo, y no se salieron”. Entonces, algunos sospechan que las autoridades lo quemaron intecionalmente. Y el mas viejo de los locatarios del Ramón Valdez, explica la hipótesis: “se dice que, en cada una de las puertas, tiraron pólvora y empezaron a incendiarse las ocho puertas al mismo tiempo y al llegar al centro, había unas sustancias que hiceron que ardiera todo al mismo tiempo”. Por aquellos años gobernaba en la presidencia municipal Arturo Jáquez.
El “José Ramón Valdez” fue inagurado en 1950 por Miguel Alemán cuando Roberto Fernández era alcalde. La torre del reloj no se construyó sino hasta dos años después. Y es que los comerciantes no se esperaron hasta que estuviera completamente terminado para ocuparlo.
De los 360 locatarios del antiguo, al parecer no se quedaron ni la mitad. “Le tuvieron miedo a las rentas... empezaron a cobrar siete pesos” afirma Trigo Márquez, cuya esposa, Guadalupe Peña, adquirió de los nuevos espacios.
Julio rasca su rostro, lleno ya de las pecas del tiempo, y recuerda como conoció a su mujer: “Guadalupe tenía una perfumería que se llamaba Oriental, en Victoria y Juárez (fuera del mercado) y allí empezó el noviazgo. Luego nos casamos y como ella ya estaba haciendo sus revolturas de química y todo eso, pues, puso este otro”.
Mientras observa fijamente una fotografía, asegura que “el mercado siempre ha sido polaco al 1000 por ciento, nada más que ahora ha estado débil porque ahora los muchachos ya perdieron el par de productos gallináceos”.
Y sin dudarlo, confiesa: “antes, nos poníamos al brinco contra el que fuera”. Más adelante, enumera una serie de cargos públicos que ha conseguido gente locataria: gobernadores, regidores, presidentes municipales, síndicos, jefes de departamento, jefes a nivel nacional de colonias populares... “yo mismo fui diputado” revela.
Una de las anécdotas que platica, se refiere a la de un carnicero que llegó a ser presidente municipal, “se llamaba Julián Moreno...” recuerda y narra: “tuvo un duelo a balazos aquí a dos cuadras porque lo insultaron diciendo que cómo un locatario carnicero podía ser alcalde... se bajó él y el hermano, con una pistola y se agarró a balazos con ellos, (quienes) se escondieron en una casa, pero, a él (Julián) lo mataron, quedó tirado aquí por la Escobedo, Hidalgo ahora... lo mató Feliciano Ruiz”. Este hecho sucedió todavía en el antiguo mercado, en 1923, según lo que Julio manifiesta.
Luego, despúes de una breve pausa, acerca con su mano temblorosa una fotografía a blanco y negro a este reportero. Es el actual edificio, en cuyo techo y reloj se observan decenas de personas mirando hacia el frente, algunas saludando. Trigo Márquez le da vida a la imagen a través de sus palabras: “fue el primer paro que le hicimos al gobierno... no recuerdo la fecha... pero hicimos ese paro porque Hacienda nos quería pasar a todos a (causantes) mayores y nos opusimos, cerramos el mercado y soldamos las puertas y nos quedamos adentro”. Cuando ganaron, según dice, hicieron baile y comida. “En una asamblea que tuvimos con el gobernador y los de Hacienda, acordamos que a todos nos cobraran como (Causantes) menores”.
Posteriormente, con la voz muy pausada, habla de él mismo: “yo fui luchador social, también le hice al periodista, fui novillero, cantante, extra en películas, ya no hallaba yo dónde...”. Rie y su amplia frente se encoge formando pronunciados pliegues. “Pero me quedé en el mercado”.
“Ésta es cuando yo andaba de guerrillero y muestra un paliacate amarillo en cuyos extremos están escritos los nombres de colonias que, asegura, “yo fundé, junto con ‘El Manitas’ que lo mataron”.
Un día, con más tiempo, le voy a enseñar un periódico que yo hice, y que eché por enemigos a medio mundo aquí... fue en 1977, cuando la lucha inquilinaria aquí”.
Y Julio Trigo se despide con su andar lento pero seguro, desde detrás del mostrador de la perfumería que hoy atiende su única hija, entre botellas de un sin número de fragancias... y recuerdos.
Inconformes con la líder
Alrededor de 80 propietarios de negocios del mercado municipal ‘José Ramón Valdez’ de Gómez Palacio se encuentran inconformes con el desempeño de la actual secretaria general de la Unión de Comerciantes y Locatarios.
De acuerdo a lo que se establece en un escrito entregado a este medio de comunicación por Ezequiel Carrillo, abarrotero del mercado, las protestas tienen como fundamento el hecho de que la secretaria “hace y deshace a su antojo” sin tomar en cuenta a los comerciantes locatarios. Por lo que, solicitan que a estos últimos “se les considere para que juntos, con respeto y armonía, haga un gobierno unido y fuerte”.
Más adelante, en el documento se señala que se le han dado “preferencias a los fuertes locatarios” ya que se les han permitido “traspasos, invasiones de pasillos, agarrar locales que no les corresponden”.