Los niños fácilmente se enferman de la piel y el estómago
En las colonias Villa de Guadalupe y La Carpa existen muchas necesidades en materia de servicios públicos
Cd. Lerdo, Dgo.- Las obras del Ramo 33 son apenas un “mejoral” para tratar de curar un cáncer que padecen los habitantes de sectores como Villa de Guadalupe y La Carpa.
En un recorrido realizado por El Siglo de Torreón por estos lugares y platicar con algunos de sus vecinos, coincidieron en señalar que aunque les pavimentan una calle, las demás están en pésimas condiciones.
Carmen Avitia y Eva Ramírez, amas de casa y la primera de ellas habitante de la privada Independencia comentaron que aunque reconocen la inversión realizada, todavía es insuficiente, ya que existen muchas carencias y necesidades en materia de servicios públicos.
Mencionan que aunque en una gran parte del sector tienen drenaje, todavía faltan muchas por conectar sus descargas, lo cual ocasiona charcas malolientes y contaminación de tierra y aire.
La preocupación fundamental es que en esos lugares juegan los niños descalzos y fácilmente se enferman, tanto de la piel como del estómago, es común verlos con padecimientos de este tipo.
A estas fechas todavía hay quienes cuentan con fosas sépticas y por lo tanto generan fétidos olores, es una petición a la Dirección de Salud o a quien corresponda, para que los apoyen, sobre todo ahora en la temporada de calor.
Por otra parte, cuando llueve se forman grandes lodazales que imposibilita salir de las casas, incluso los niños se quedan sin ir a la escuela y las viviendas se inundan. De ahí la necesidad de pavimentar todo lo que sea posible.
Otra de las quejas de las vecinas es que los recibos de luz no llegan a los domicilios, los dejan en La Rinconada y cuando demoran en ir por ellos, los devuelven a Lerdo y tienen que pagar cuatro camiones para ir a recogerlos, cuando no tienen recursos económicos.
Hasta ahora –comentaron- falta descargas y algo de drenaje, aunque les prometieron de la Presidencia Municipal que estaban incluidos en el Ramo 33 y esperan que así sea.
Inseguridad y venta de drogas
Otra de las quejas de las vecinas fue la inseguridad pública que viven en el lugar, ya que las patrullas pasan por la carretera a Nazareno y solamente llegan a firmar y siguen su camino.
En últimas fechas –señalaron- se ha desarrollado la venta de enervantes y los jóvenes andan como locos, pero lo peor de todo es que también niños de diez o doce años andan en estado inconveniente.
La falta de un teléfono cerca los mantiene incomunicados, ya que el único público que había, a los pocos días lo robaron y otro lo destrozaron los mismos malvivientes.
Finalmente pidieron la intervención de las autoridades para que realicen rondines policíacos más seguidos.