En los últimos años el objetivo original del reparto de utilidades se ha tergiversado con el pago de compensaciones económicas que pretenden suplir a esta prestación, que también es evadida con cierta facilidad por empresas que argumentan dificultades económicas, que en algunos casos son reales, pero en otros son producto de “habilidades contables”.
Para el especialista en Derecho Laboral, y actual director del Trabajo y Previsión Social, Miguel Bermúdez Cisneros, esta degeneración del reparto de utilidades se puede detener con reformas a la Ley Federal del Trabajo, que allanen y simplifiquen los procedimientos de impugnación por parte de los trabajadores que no estén conformes, ya sea con las declaraciones fiscales de sus empresas, o con los montos recibidos.
El marco jurídico actual establece mecanismos “tortuosos” para que se reclame el reparto de utilidades a los patrones que presentaron carátulas fiscales en ceros, u otros que pretendan incumplir con el pago al argumentar inversiones económicas fuertes.
Los procuradores de la Defensa del Trabajo, han solicitado a la Secretaría de Hacienda, información fiscal sobre más de 100 empresas que no distribuyeron utilidades a sus trabajadores, de acuerdo a los reclamos que en lo individual les hicieron llegar algunos de los empleados.
Mientras que la delegación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, de acuerdo a información de su titular, envió invitaciones a 200 empresas que surgieron de una muestra aleatoria, para que cumplan con el reparto de utilidades. 110 ya respondieron, de las cuales 80 lo hicieron positivamente, mientras que 30 argumentaron cero ganancias en el período del 2002.
Mientras que la CTM emplazó a huelga a 3 empresas por no repartir utilidades, la CROC anunció que prefiere seguir la vía de la conciliación con el 95 por ciento de los patrones que no compartieron ganancias con sus trabajadores, en un afán prioritario de preservar las fuentes de empleo.