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Washington, EU.- Los países de las Américas se comprometieron ayer aquí a ampliar y reforzar la lucha contra el crimen organizado, el “corazón” del narcotráfico, en el marco de la lucha continental contra las drogas.
El compromiso formó parte de los resultados de los trabajos del 33 Congreso Ordinario de Sesiones de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de las Drogas (CICAD), clausurados aquí por el Procurador General de la República, Rafael Macedo de la Concha.
Al término de cinco días de trabajos a puerta cerrada, los representantes de los países del continente, aprobaron también reformas y adiciones a los indicadores del Mecanismo de Evaluación Multilateral (MEM), que transparentarán más su proceso evaluatorio. De igual modo se acordó fortalecer las acciones para la prevención y el tratamiento de las adicciones, aunque gran parte de los trabajos a puerta cerrada los dominó el tema del crimen organizado.
“El crimen organizado es el verdadero motor, corazón y cerebro del narcotráfico y la farmacodependencia, el cual lastiman y agravian a los pueblos de nuestro hemisferio”, dijo Macedo en rueda de prensa, tras la clausura de los trabajos.
Anunció además el acuerdo para la celebración de una reunión específica sobre delincuencia organizada en la ciudad de México en septiembre próximo. Durante este conclave, en el marco de CICAD y con los expertos de la comisión, Macedo anticipó que “definiremos las mejores opciones de política contra los organizadores y mercaderes del criminal negocio de las drogas.
Hablando en su calidad de presidente de la CICAD, Macedo de la Concha consideró que este acuerdo inicial para intensificar la lucha contra el crimen organizado “es toral, vertebral para la CICAD”.
El documento adoptado por los 34 países miembros de la CICAD, destaca el apoyo, por primera vez en la historia del órgano, a proyectos que benefician a 14 países del hemisferio en su lucha contra las drogas, con un costo de diez millones de dólares.
Macedo dijo que los proyectos se aprobaron con el énfasis sugerido desde la reunión de la ciudad de México en diciembre del 2002, donde se acordó enfatizar los esfuerzos para la prevención, tratamiento y rehabilitación.
Los países acordaron también fortalecer la cooperación en la interdicción marítima, acogiendo para ello la propuesta de los países del Caribe para celebrar foros a fin de discutir el fenómeno.