El gobierno laborista de Reino Unido reconoció ayer la jornada de mayor número de bajas en su intervención en Iraq. El fatal día coincidió con el reconocimiento por el canciller británico Jack Straw de que hubo algunos “errores” en los expedientes sobre el armamento nuclear de Iraq que justificaron la guerra contra ese país del Golfo Pérsico.
En Londres, el canciller Straw compareció ante el Comité de Asuntos Exteriores de los Comunes (cámara baja del Parlamento), que investiga la presunta fabricación de pruebas para atacar a Iraq.
El diplomático afirmó que los reportes contenían algunas impresiones, pero eran verídicos, y reconoció que el gobierno de Blair se siente sumamente “avergonzado”.
por los errores contenidos en los informes sobre el armamento iraquí.