Agencias
MADRID, ESPAÑA.- El Pontífice, más vital que nunca, pidió a los cientos de miles de personas que participaron en la base aérea de Cuatro Vientos (Madrid) en la Vigilia de Oración que celebró con los jóvenes, que dejen constancia con su vida de que las “ideas no se imponen, sino que se proponen” y que se mantengan lejos del nacionalismo delirante.
El Papa, que ha sido aclamado por los jóvenes a lo largo de su recorrido, inició su discurso con un saludo en el que se mostraba “emocionado” por esta calurosa acogida y repetía las palabras con las que hace más de 20 años recibió a los jóvenes en el estadio Santiago Bernabéu: “Ustedes son la esperanza de la Iglesia y de la sociedad”.
Juan Pablo II ha manifestado una vez más su preocupación por la paz en el mundo. Según ha señalado, “la espiral de la violencia, el terrorismo y la guerra provoca, todavía en nuestros días, odio y muerte”.
El lema del encuentro, “Serán mis testigos”, se vio constante y espontáneamente emplazado por las vivas y alabanzas del público a la figura del Papa. “Juan Pablo II, te quiere todo el mundo” ha sido el grito más repetido. Pero había otros. “Esta es la juventud del Papa” o “Juan Pablo, torero, te quiere el mundo entero”.
Juan Pablo II concluyó su homilía, obviando dos de los misterios, evocando a la Virgen y rogándole por los “jóvenes llenos de sueños y esperanzas”. Ha intercedido ante María para que éstos “sean testigos de Cristo resucitado, apóstoles humildes y valientes del tercer milenio y heraldos generosos del Evangelio”.
El Pontífice presidió la Vigilia de Oración desde el escenario, en el que ya se encontraba la cruz de siete metros que desde 1984 está presente en todos los actos y jornadas juveniles.
Minutos antes de tomar asiento, se procedía a la suelta de cientos de palomas, que sobrevolaron el escenario, y miles de globos amarillos y blancos (los colores del Vaticano), entre los vítores de los cientos de miles de jóvenes allí congregados.