Torreón Acoso escolar Torreón Agua Saludable Sistema Vial Abastos-Independencia Virgen de Guadalupe

Relatos | La vida entre noticias

Llueva, truene o suceda cualquier cosa, hay que estar ahí puntual, todos los días...

TORREÓN, COAH.- Hacer llegar las últimas noticias a las manos de los lectores es el oficio que durante más de 38 años ha desempeñado Armando Barrios de la Cruz, al que le ha tomado amor a pesar de todos los obstáculos.

El voceador accede a la entrevista con la condición de que sea en su casa y no mientras desarrolla su trabajo, “es que luego se nos va la mañana y el periódico se tiene que vender... ya para eso de la una o dos de la tarde a poca gente le interesa leer el de este día y espera el del siguiente”, dice, mostrándose afanoso porque su clientela reciba el producto puntualmente.

La bicicleta que utiliza en el reparto es el primer mueble que sale a relucir en el recibidor, recargada sobre la pared con unos cuantos ejemplares acumulados en la canastilla que está sobre la rueda delantera.

Una casa pequeña, con una sala y su respectiva televisión, videocasetera y aparato de sonido; un comedor pequeño circular, cubierto con un largo mantel blanco tejido a mano al igual que las carpetas redondas que cubren los respaldos de los sillones. “A mi esposa le gusta mucho tejer, se la pasa tejiendo todo el tiempo”.

Armando se muestra nervioso y dice tener miedo a las entrevistas, “nada más una vez alguien, César Marina de deportes, me preguntó algo del futbol”, recuerda mientras su hija Mónica lo delata como uno de los más fervientes aficionados al equipo local, aunque ya no tenga posibilidades de ir a los partidos al estadio como antes y se conforma con verlos por televisión.

“Dejé de ir desde el 96, cuando el Santos se coronó campeón... y es que los gastos se hicieron más fuertes y me iba a salir muy caro, porque luego mi familia me puso como condición de que o íbamos todos o no iba nadie, así que decidí lo último”.

Armando recuerda que empezó a repartir periódicos por el rumbo de la Alianza desde que tenía nueve años, gracias a su primo Alfredo que lo llevó a las instalaciones de uno de los diarios; desempeñar el oficio por necesidad lo obligó a abandonar sus estudios de primaria, que según dice, le hubiera gustado terminar.

Fue una carencia que llegó a lamentar años después, cuando a los 16 años le surgieron varias oportunidades para trabajar en la intendencia de la Comisión Federal de Electricidad y de un banco de la localidad, pero que tuvo que rechazar porque le pedían hasta secundaria.

“Hubiera sido la oportunidad de estar en un solo lugar, sin exponerme a lluvias, fríos, ni calores ni a los riesgos de la calle y la manera de obtener algunas otras prestaciones”, expresa.

Sin embargo, Armando dice que no se arrepiente de haber continuado tantos años en el reparto, pues afirma que es una actividad que le gusta realizar y que además le permite mantener contacto con la gente.

“Uno llega a sentirse libre en esto, en realidad no tener estudios fue un pretexto para seguir en lo que a mí me gustaba y también creo que le voy a seguir porque ya no hay nada más en mi vida”.

Además de repartir periódicos en el sector Alianza, Armando merodeaba por los hoteles del centro de Torreón, el Elvira, Calvete y Río Nazas, donde se hospedaban algunos de los personajes del medio artístico cuando visitaban la localidad. Era cuando sus ingresos mejoraban.

Llegó a vender periódicos a Irma Serrano y a José Alfredo Jiménez, “lo bueno de ellos era que daban buenas propinas”, recuerda.

Desde hace algunos años, el voceador se desempeña en las colonias del sector de la Moderna y en puntos específicos de la zona centro, sitios que comenzó a explorar con la ayuda y compañía de su compadre Francisco y un amigo, José “El Pollito, donde reparte los tres periódicos que circulan en esta región y les fía revistas a clientes que ha logrado hacer durante tanto tiempo.

En esa colonia fue donde conoció a su esposa Margarita.

Está acostumbrado a no desvelarse para poder madrugar, aunque en ocasiones no puede dejar escapar la oportunidad de “echarse unas cervecitas” antes de llegar a casa. La salida obligada después de las cinco de la mañana ha marcado hasta las cenas navideñas, porque la reunión con la familia debe ser muy temprano para dormir un poco y estar en condiciones de ir a trabajar.

“Llueva, truene o suceda cualquier cosa, hay que estar ahí puntual, todos los días, sin descansos ni vacaciones como en todos los empleos, por ese lado es algo cansado pero satisfactorio, porque les haces llegar el periódico temprano”.

La oscuridad con que inicia su jornada también ha dejado huellas entre sus recuerdos: en cuatro ocasiones ha estado su vida de por medio, al ser amenazado con cuchillo y pistola por sujetos que lo han querido asaltar.

“Por fortuna no se atrevieron ni me pasó nada; la segunda vez recuerdo que me amenazaron por la espalda pero la llegada de una mis clientas me salvó. Después de todo esto mi esposa no me deja salir tan temprano de la casa”.

Para el repartidor, el periódico se vende menos desde que hay una mayor difusión de las noticias por el Internet y la televisión ha incrementado las horas dedicadas a informar, amén de la crisis económica y a que la gente vive más rápido y por lo tanto, tiene poco tiempo para leer.

“Cuando la gente sabe que ocurrió una desgracia o está al pendiente de una noticia grande es cuando el periódico se vende más; es cuando a los voceadores nos va mejor, pero nos enfrentamos a un problema porque tampoco es nuestro deseo que ocurran cosas malas”.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 54144

elsiglo.mx