EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Darío Jiménez Berumen, propietario de la empresa Jibe, una de las que más obras le realizan al Simas, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) y quien es además consejero propietario de la paramunicipal, renunció ayer a su participación en ese organismo.
Negó que sea juez y parte, dijo sentirse agobiado por la situación generada por la asignación directa en las obras de reparación de colectores colapsados por las recientes lluvias que hizo el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento y admitió que “esta decisión debí tomarla desde hace tiempo porque como dice Juan Gabriel, qué necesidad hay de recibir tantos señalamientos y cuestionamientos de una actividad a todas luces legal.
Según una relación de obras e inversiones dada a conocer por la paramunicipal la semana pasada, la empresa Jiménez Berumen, Jibe, recibió este año de Simas obra directa y diversa por más de ocho millones de pesos, adicionalmente a la reparación de un colector de manera contingente y por un monto aún no cotizado, que aseguró, fue ya reparado en un cien por ciento.
“Yo tengo bastante obra de construcción, la tuve en otras administraciones y voy a seguir teniéndola, pero el desgaste es lo que considero innecesario”, razón por la cual decidió renunciar públicamente y dar una exposición de motivos.
A Darío Jiménez Berumen se le cuestionó el pasado martes de manera enérgica por la Coparmex que preside Arturo Gallego Salcido y por el presidente del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada (CLIP), Roberto Rodríguez, respecto a la necesidad de ser congruentes, destacaron la necesidad de manejarse con ética, “no hacer cosas buenas que parezcan malas” .
Aseguraron que no solaparían simulaciones, ni tráfico de influencias al interior de la empresa paramunicipal.
Hace poco más de una semana, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación, (Canacintra) Fernando Madero Ruiz, hizo los mismos cuestionamientos al señalar la controversia de ser Consejero Propietario por parte de la CMIC dentro del Consejo del Simas y tener asignada obra pública.
La renuncia de Darío Jiménez Berumen, a quien le restan dos meses en la presidencia de la Cámara Mexicana de la Construcción, se desarrolló ayer en rueda de prensa ofrecida en el Simas y presidida por el gerente general, Fernando Alatorre Dresel.
Deslinde
TORREÓN, COAH.- El Colegio de Ingenieros Civiles de La Laguna, consideró que la renuncia de Darío Jiménez Berumen, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMI) a ser Consejero Propietario de la paramunicipal, “no es otra cosa más que un claro deslinde de responsabilidades hacia el Simas”.
Hugo Noé Lazcano, presidente del organismo colegiado, destacó que indudablemente se presenta la coyuntura para que se establezca legalmente, cuál y hasta dónde llega la responsabilidad o corresponsabilidad de quienes integran uno de los Consejos Ciudadanos Consultivos o de Administración más importantes de la ciudad, porque el Simas es una de las empresas más rentables y que manejan mayor presupuesto.
Es el momento dijo, “de oxigenar” estos consejos, depurarlos y que se fijen por escrito sus reglamentos, objetivos y hasta el perfil de quienes los integran.
Para el presidente de los ingenieros, es sana esta medida, Jiménez Berumen debió decidirse desde hace tiempo, pero “todavía es oportuna y por cierto bastante necesaria una acción de esta naturaleza, sobre todo cuando se pregona transparencia y apertura”.
Hugo Noé Lazcano marcó su postura y habló claramente de los intereses del organismo que representa al señalar la problemática que enfrenta actualmente el Simas, “queremos una silla en el Consejo de Administración, demandamos participación en cuanto a la asesoría técnica que le urge al Simas, en suma, que nos tomen en cuenta”.
Y añadió que el caso Simas no termina aún, porque hay mucho todavía que señalar y concretar jurídicamente, respecto a la denuncia por supuesta violación a la Ley de Responsabilidades para Servidores Públicos de Coahuila, que establece penalidades, “no sólo por cuestiones de parentesco, de consanguinidad, sino también de sociedades, de amigos, de relaciones civiles”.