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México, D.F.- Reos considerados como de alta peligrosidad y recluidos en el penal de máxima seguridad La Palma, de este municipio, se declararon - según sus familiares- “en huelga de hambre”.
Lo anterior, mencionaron, ante la reducción de horarios de visitas de familiares y abogados impuestas por el Reglamento Interno de los Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos).
Entre los inconformes están el ex gobernador Mario Villanueva, el general Jesús Gutiérrez Rebollo; Ismael Higuera, “El Mayel”; Pedro Lupercio Serratos, los hermanos Héctor, Antonio y Alejandro Cerezo, y una treintena de internos más.
También y en protesta por esas nuevas medidas, familiares de los internos inconformes se apostaron a las afueras de La Palma por varias horas, y advirtieron que interpondrán quejas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos y amparos ante jueces federales.
Las nuevas medidas cuyo objetivo es reforzar la vigilancia y rigen igualmente en las cárceles de máxima seguridad de Matamoros, Tamaulipas, y Puente Grande, Jalisco, se producen luego de la presunta fuga que intentó hace unas semanas el narcotraficante Luis Héctor “El Güero” Palma.
Las nuevas medidas restringen las visitas familiares, íntimas, de representantes legales o abogados. Las visitas familiares no podrán exceder de tres horas, mientras que los abogados sólo podrán ver a sus clientes de 9:00 a 15:00 horas, salvo que tengan audiencia.
Sobre este conflicto, las autoridades penitenciarias se limitaron a informar que “unos 40 internos no tomaron su desayuno y que no tienen una huelga de hambre declarada, y que los familiares inconformes se retiraron a las 16:00 horas”.
Algunas de las restricciones que ya estaban establecidas desde el tres de agosto de 1999, y que la mayoría considera excesivas, se refieren a la prohibición de la comunicación entre reos de distintos dormitorios, delimitación de áreas específicas para transitar, visitas familiares unipersonales, transitar con la cabeza inclinada y en hilera.
Además, durante la noche se les obliga a dormir con luces encendidas y hay circuitos cerrados que transmiten a un centro de control cada movimiento de los internos, incluyendo cuando se realizan sus visitas íntimas.