Reuters
CARACAS, VENEZUELA.- Militares venezolanos dispersaron ayer con gases lacrimógenos una marcha de decenas de miles opositores al presidente Hugo Chávez, cuando se acercaron a una base militar de Caracas para exigir la renuncia del mandatario y el llamado a elecciones inmediatas.
Soldados de la Guardia Nacional y la Policía Militar dispararon una andanada de granadas de gas lacrimógeno contra los manifestantes cuando estos, portando banderas y silbatos, se acercaron a la alambrada que bloqueaba el paso hasta la entrada del Fuerte Tiuna, en el suroeste de la capital.
El despliegue de cientos de efectivos militares con equipo antidisturbios y vehículos armados había sido catalogado por líderes opositores como una “provocación” a la marcha, convocada en respaldo del “paro cívico nacional” de 42 días que la oposición lleva a cabo para presionar la salida de Chávez.
Antonio Ledesma, un dirigente político socialdemócrata y miembro de la llamada “Coordinadora Democrática” que es la principal promotora de la paralización, dijo a periodistas que “esto parece una zona de guerra”.
El alcalde opositor Leopoldo López, del municipio Chacao del este de la capital, dijo que la acción de los militares contra la manifestación pacífica era “lamentable”. Los militares “no tenían razón para hacer eso”, añadió.
Luego de ser rechazados por los militares, la mayoría de los participantes en la marcha comenzaron a dispersarse, aunque algunos seguían en la zona entonando consignas como “y ya cayó, y ya cayó, este gobierno ya cayó!”.
La marcha ocurría al día siguiente de que el mandatario, electo en 1998 con la propuesta de una “revolución” a favor de los pobres de Venezuela, que hasta el inicio del paro el dos de diciembre era el quinto exportador mundial de crudos, amenazó con intervenir bancos y escuelas que se sumen al paro.
Las fuerzas de seguridad no informaron de inmediato de heridos o lesionados, aunque la televisión local mostró cómo bomberos retiraban del área a algunas personas afectadas por los gases.
Ni un muerto más
La marcha a Fuerte Tiuna buscaba repetir una protesta que el tres de enero culminó en la misma área con dos muertos y decenas de heridos en confusos enfrentamientos entre “antichavistas”, “chavistas” y las fuerzas de seguridad.
Un grupo de partidarios del presidente, quien sobrevivió a un breve golpe de estado en abril, manifestaba también cerca de Fuerte Tiuna, al otro lado de un fuerte cordón de seguridad.
La consigna de la marcha era “Ni un muerto más!”. Desde el inicio del paro han muerto al menos cinco personas baleadas y decenas han resultado heridas en manifestaciones.
Luz Marina Urrecheaga, especialista en la fabricación de vitrales que participaba en la marcha, acusó al presidente de querer provocar una confrontación entre los bandos, fuertemente radicalizados en medio del paro. “El (Chávez) quiere una guerra”, afirmó.
El paro, que cuenta con el apoyo parcial del comercio y la industria privada, ha detenido casi por completo a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), de cuya actividad depende el 50 por ciento de los ingresos del gobierno.
Los líderes opositores exigen la inmediata renuncia del mandatario, cuyo período se extiende hasta el 2007, y el llamado a elecciones en el primer trimestre del año, algo a lo que Chávez se ha negado.
El presidente, un teniente coronel retirado que se dio a conocer al liderar un fallido golpe de estado en 1992, sostiene que para lograr su renuncia, la oposición debe esperar hasta agosto, a mitad de su mandato, cuando la Constitución permite la celebración de un referendo revocatorio de su mandato.
Paro radicalizado
El fin de semana, Chávez radicalizó su promesa de vencer el paro, que califica de “golpista”, “fascista” y “terrorista”, y dijo que podría intervenir bancos que están participando en la protesta y despedir a los maestros de escuelas públicas que se nieguen a reiniciar las clases.
Sindicatos bancarios promovieron el cierre, el jueves y el viernes, de una buena parte de las agencias de bancos privados de la nación. Está previsto que la banca vuelva a operar hoy lunes en el horario restringido que ha asumido desde los primeros días del paro.
En su programa dominical de radio y televisión “Aló, presidente!”, el mandatario extendió sus advertencias a las radios y canales de televisión privados que lo adversan, amenazando con retirarles las concesiones que tienen para operar en el espectro radioeléctrico.
“Igual como se les dio (las concesiones), se les puede quitar también”, afirmó Chávez, quien acusa a los principales medios privados de comunicación de llevar adelante una “conspiración mediática” contra su gobierno.
El sábado, también dijo que su gobierno ha despedido ya a unos 2.000 empleados de PDVSA, en la cual ha prometido hacer una “limpieza” y devolverla a la total operatividad en corto plazo.
Buena parte de los ejecutivos, gerentes, trabajadores y obreros de la petrolera están participando en la paralización, mientras las endurecidas posiciones de ambos lados alejan la perspectiva de una solución negociada y han causado la preocupación internacional.
Ambos lados han apelado a la comunidad internacional, mientras Estados Unidos, el principal socio comercial de Venezuela, busca organizar un grupo de países amigos que respalde la labor del secretario general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria, quien actúa como facilitador de unas hasta ahora infructuosas negociaciones.