Coincidimos más en esta página que en la vida. En ella, en dos o tres ocasiones, con motivo de la fotografía que anualmente “El Siglo de Torreón” toma a su gente, entre la cual ambos formábamos como colaboradores en sus páginas. Independientemente de ello, fui su lector, si no constante muy frecuente, y la mañana del lunes leí, por última vez, sin saberlo, su columna “Nuevas Dimensiones”, en la que recordaba de los “Proverbios y Cantares” de Antonio Machado aquello de: “Caminante, son tus huellas/ el camino, y nada más; caminante, no hay camino,/ se hace camino al andar./ Al andar se hace camino,/ y al volver la vista atrás/ se ve la senda que nunca/ se ha de volver a pisar”, y que él explica allí mismo diciendo: “Esto significa que debemos buscar nuestra lámpara de la verdad, pero si se apaga, hay razones. La ceguera no es buena compañera en un mundo donde hay que ver tantas verdades. Por ello necesitamos un mínimo de voluntad y firme propósito para alcanzar la armonía”.
La noticia de la muerte de Guillermo Batarse me ha conmovido por lo inesperada, repentina y penosa. No es fácil expresar mi pesar por su fallecimiento. Como hombre bueno, laborioso, desprendido, inteligente y estudioso, según el decir de quienes le trataron personalmente por años, deja un vacío difícil de llenar. A su don de gente se añadía la honradez más íntegra, su abierta personalidad, afable siempre y cordial.
Ojalá sus familiares tengan algún consuelo al saber que todos sus lectores, la ciudad misma, participa de su dolor.
Concédele Señor, descanso eterno.