LA JORNADA
México, DF.- El primero de enero, los zapatistas dieron muestra de su capacidad de articulación y manifestaron el error del gobierno por haberles subestimado, coincidieron diputados del PRD y PRI. Al conocer la magnitud de la movilización de las bases del EZLN, los legisladores resaltaron la obsolescencia del comisionado para la paz, Luis H. Álvarez. Por su parte el PAN, minimizó la toma de San Cristóbal de las Casas porque le robó atención la explosión en Veracruz y la entrada en vigor el capítulo agrícola del TLCAN.
Martí Batres, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, rechazó la pretensión gubernamental de haber dado, ya, respuesta a las demandas de los alzados: “No se ha resuelto ninguna de las demandas por las que se levantaron los pueblos indígenas, y por añadidura la reforma indígena no ha alcanzado ninguno de sus objetivos. A estas alturas los pueblos indios no cuentan con medios de comunicación para difundir sus culturas; no se ha dado la reedistritación para abrir la puerta a la participación política de los pueblos indígenas; no se ha concretado el disfrute de los recursos naturales para los las comunidades; y, no ha cambiado el estatus jurídico de los indígenas ante el Estado mexicano”.
El coordinador de la bancada del PRD en San Lázaro, adujo que el zapatismo es un movimiento vivo, y es “un error del gobierno” subestimar la movilización del EZLN que el primero de enero nos dio muestra de sus capacidad de impulsar una gran movilización política, y eso también, insistió, es muestra que más allá de la ideología política del movimiento, este es un fenómeno que no se bebe soslayar.
“Lo sucedido en San Cristóbal de las Casas expresa una gran deuda impagada desde el gobierno a los pueblos indígenas. Lo que deberá suceder para reactivas el diálogo es retomar la reforma constitucional, la salida del Ejército Mexicano de toda las comunidades indí8genas y la liberación de todos los presos zapatistas”.
Por su lado, Emilio Ulloa Pérez, integrante de la Cocopa, consideró la movilización del primero de enero como la muestra de que el “zapatismo es una fuerza articulada y demostró que no existen factores de división”.
No obstante, para el legislador perredista, “lo más graves es la descalificación al comisionado para la paz, Luis H. Álvarez, porque a los ojos de todos, ya no representa la posibilidad de reactivar el dialogo.
El comisionado ya no tiene nada que hacer en este tema. Si al gobierno le interesa el conflicto deberá lanzar una ofensiva política a favor de la paz, cuya naturaleza deberá constatar, una verdadera voluntad por resolver los graves problemas de los pueblos indígenas.
“Al comenzar este gobierno, el EZLN dio muestras de que sería posible construir un escenario de dialogo con el gobierno foxista, pero rápido constató que ese momento ya está cancelado, es obvio que en este gobierno no habrá posibilidad de resolver el problema que se generó desde hace años en el sureste del país. El EZLN es uno de los compromisos incumplidos del gobierno de Vicente Fox”.
Por el contrario el diputado panista, Gumersindo Álvarez, integrante de la Comisión de Asuntos Indígenas, dio una connotación distinta al hecho en cuestión: “La reaparición del EZLN no tuvo mayor efecto, además de que fue opacado por el accidente de Veracruz y por la entrada en vigor del TLC, no hay una interpretación política muy radical. Fue más un acto de publicidad, de celebración y con un escaso impacto político. La sociedad como que ya está satisfecha su preocupación por el tema indígena y como que está ávida de otros asuntos como la situación del campo, los efectos del TLC y los asuntos inmediatos como el caso de Veracruz”.
Aún así, el legislador blanquiazul “rescató” el comportamiento de las bases zapatistas, porque “afortunadamente en la manifestación todo se hizo de manera pacífica, es parte de la actitud que el EZLN ha asumido, en términos pacíficos. Esta actitud es muy válida y la hacen dentro de los términos de la ley, de acuerdo a los derechos que la Constitución les da. En los términos que se da es de felicitarse. Por eso al tema y la atención a las demandas de los pueblos indígenas se responde de manera mediana, de manera somera debido a la escasez de recursos, pero está el diálogo permanente. Lo que sí es preocupante en Chiapas, más que el EZLN, son las ocupaciones y posibles desalojos en los Montes Azules”.
Para José Manuel del Río, del partido Convergencia, el movimiento de las bases zapatistas revela que el EZLN cuenta con estructura en el sureste mexicano, “y por ello, es lamentable que las autoridades de gobernación y de la Presidencia de la República hayan minimizado el movimiento. Esto es un foco de alerta, y el gobierno debe poner ahí negociadores que cuenten con experiencia, es una pena que el gobierno federal no tenga operadores políticos serios. El hecho de que Marcos haya movilizado a esa cantidad de personas es muy significativo, y no se vale que se le de aspirinas a los pueblos indígenas, no se vale que se trate de ganar el voto y ya retirarse, se trata de que el gobierno de respuestas a la pobreza de 60 millones de pobres”.